Joaquín Sabina: "Tengo la sensación de que he pasado de la adolescencia a la vejez"
El cantautor presenta en el Festival de San Sebastián 'Sintiéndolo mucho', el documental que ha grabado durante 13 años con su amigo Fernando León de Aranoa. Sabina confirma que publicará un nuevo disco en Navidad e iniciará una gira el próximo año
Atlas
San Sebastián
La vida de Joaquín Sabina, faquir, poeta, músico, recorre las últimas décadas de la historia de España. Un país que vivió las tinieblas de una dictadura, donde la música bailaba al son de Franco, y que tuvo un despertar posterior. Desde sus inicios tocando en el metro, en los bares londinenses o ya en salas de concierto de un Madrid fiestero y alborotador hasta reventar las grandes plazas de España y América Latina. Una vida de película, la de este ubetense, que fue el gran canalla del rock español y ahora es el protagonista de Sintiéndolo mucho, un documental de Fernando León de Aranoa que sigue, durante 13 años al cantante, y que se ha estrenado en el Festival de Cine de San Sebastián.
Con voz ronca, retranca y su sombrero, llegaba Sabina a la rueda de prensa. "Me gustaría dar una nota cursi y facilona, no hay nada mejor que hacer cosas con amigos, en el documental se ve la alegría de estar con gente querida", empezaba. Al festival han llegado como las bandas de música, en furgoneta, vehículo en el que han viajado en estos años rodando el filme. Lo que lleva mal es ser espectador de sí mismo. "Soy más pudoroso que lo que dice mi caricatura. Mi mujer, que no es dada a echar piropos, me dijo que Fernando me había sacado el alma. Y eso ya me parecía una tremenda grosería a mí que no me gusta ni enseñar el culo", bromeaba entre risas.
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Producido también por Leiva, con quien el cantante ha colaborado en sus últimos trabajos discográficos, el documental se centra en esos instantes previos a las grandes actuaciones. Los recorridos en coche hasta el concierto, el camerino, donde Sabina muestra su fragilidad. La inseguridad de uno de los grandes cantantes de la música española antes de salir a escena. Es como la fragilidad de los toreros antes de salir a la plaza, viene a contar León de Aranoa, que hace un paralelismo entre ambos mundos, la música y el toreo, dos de las cosas que más ama el propio Sabina, con el cameo de José Tomás y su cogida en Aguas calientes, México, en la que estuvo a punto de morir.
"Me gusta mucho hacer un documental cada dos o tres películas de ficción, entrar en un mundo que no es el tuyo es como entrar en un camerino. Cuando haces ficción, estás acostumbrado a que todo esté muy bloqueado, y en un documental es muy distinto. Yo entendí que me tenía que liberar de esa parte y adaptarme a la manera de fluir de esto. La maravilla de esto es integrarme en esa dinámica, en ese dulce caos, y luego darle forma". El director se integra totalmente en viajes, actuaciones y conversaciones en casa del propio Sabina generando un ambiente de intimidad con el que van a disfrutar los muy 'cafeteros' de Sabina. La ristra de frases y anécdotas es larga.
"¿No irás a empezar con la hostia, Fernandito?", empieza el documental Sabina. Y efectivamente, la hostia, es decir, esa caída en el Wizink Center en febrero de 2020, está presente en el documental. De manera elegante, eso sí. La película abarca todo o, más bien, casi todo. Su relación con las drogas, con los amigos, con Serrat. Su manera de encarar la música. Componer sin drogas y con pareja no es tan fácil, llega a reconocer Sabina ante las cámaras. León de Aranoa consigue lo mismo que logró en Política, manual de instrucciones, documental sobre Podemos, y es que la cámara se difumina, casi ni aparece, y el músico actúa con una naturalidad tal, que muestra a un personaje divertido y cabezón. "El tono viene solo, lo traen las situaciones y él con las cosas que va contando y le van pasando. Se trataba de compartir con el espectador al Joaquín que yo conozco. Su sentido del humor, su profundidad y ligereza también, transmitir una forma de belleza que es lo que yo he sentido con su música", explicaba un León de Aranoa que, admite, a veces se sentía un intruso en la vida el cantante.
"El artista debe tomarse muy en serio lo que crea para el público pero nunca a sí mismo. El final de cualquier aventura artística es la solemnidad", reivindicaba Sabina sobre su modo de entender el oficio y la propia vida. Nada de grandilocuencia ni sermones, él que lo ha vivido todo a lo grande: "Tengo la sensación de que he pasado de la adolescencia a la vejez sin tocar la madurez por ningún lado", decía antes de confirmar que publicará un nuevo trabajo musical en Navidad, del que Leiva será productor, e iniciará una nueva gira en 2023. "Yo no voy de gira sin canciones nuevas, sino yo mismo no me motivo".
Sin embargo, en 'Sintiéndolo mucho' se echa en falta su afición al fútbol, que solo aparece con una foto de Simeone. O la política, que apenas se menciona. Ni su dupla con Krahe en ese Cuervo ingenuo contra el Felipismo o su participación activa en las manifestaciones de la OTAN. Sí está la salud del artista, algo resentida, y el futuro cercano de la carrera del cantante, con ese intento de hacer la canción más hermosa del mundo ¿Será esta la última composición de Joaquín Sabina? De momento, dice que no.
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