Putin pasa a la ofensiva reclutando 300.000 soldados mientras crecen las voces dentro y fuera del país que piden el fin de la guerra
El reciente avance de las tropas ucranianas ha provocado la contundente reacción del líder del Kremlin, pero ha generado malestar en parte de la población rusa y sus socios preferentes a nivel internacional insisten en que se detenga el conflicto
El presidente ruso, Vladimir Putin, reacciona a la contraofensiva ucraniana. Tras vivir una díficil semana, en la que perdió territorios que daba por conquistados y recibió críticas de varios miembros del Kremlin, ha decidido dar un importante paso adelante en la escalada bélica que mantiene en Ucrania. En su primer discurso a la nación desde que comenzó la invasión del país vecino -el pasado 24 de febrero-, el líder ruso ha dado un giro en su estrategia y ha anunciado la movilización de 300.000 reservistas, con el objetivo de recuperar las regiones perdidas y frenar el sorprendente avance y resistencia de los soldados ucranianos.
Al mismo tiempo, ha anunciado que este fin de semana se llevarán a cabo varios referéndums en las regiones de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, cuyos ciudadanos decidirán si desean unirse a la Federación Rusa, unos plebiscitos cuyas garantías democráticas brillan por su ausencia. Además, ha amagado con utilizar su potencial nuclear, señalando una vez más a Occidente como su enemigo, con la novedad de que ha mencionado la palabra 'guerra' por primera vez: "Los occidentales empujaron a Ucrania a la guerra con nosotros. Ante una amenaza a la integridad territorial de nuestro país, utilizaremos todos los medios a nuestro alcance [incluidos los nucleares] para proteger a Rusia y a nuestro pueblo; esto no es un farol. Kiev ha rechazado negociar la paz y está intentando conseguir armas nucleares".
Así, la decisión de movilizar más tropas, sumado al reclutamiento de presos iniciado la semana pasada, contenta al sector más radical del Kremlin, que abogaba desde hace días por ello, pero contradice a su portavoz, Dimitri Peskov, quien descartaba esta opción. Sin embargo, esta impopular medida ha sido anunciada con unos matices que agrandan un descontento creciente entre la población rusa.
Putin anuncia una movilización militar parcial de 300.000 reservistas para la guerra en Ucrania
Mientras que Putin ha asegurado que solo serán seleccionados "los ciudadanos que se encuentran en la reserva" y exmilitares, el decreto oficial publicado omite esta información, por lo que cualquier persona puede ser llamada a filas. A ello se le debe añadir que los soldados que ya están en el frente, muchos de los cuales tenían contratos que expiraban pronto, se mantendrán combatiendo de forma indefinida "hasta el final del periodo de movilización parcial", que es como ha calificado este cambio de estrategia.
Tras siete meses de conflicto, la situación que se vive internamente en Rusia ha cambiado y el desconteto crece. La semana pasada un grupo de concejales de distintas regiones recogió firmas para pedir la dimisión de Putin por llevar al país a la guerra con Ucrania, cuyo cabecilla fue posteriormente detenido. Pero este mismo miércoles, horas después del discurso de Putin, se han producido numerosas protestas en distintos puntos del país con el lema 'No a la guerra', que han sido acalladas con cargas policiales y más de 1.200 detenidos. Al mismo tiempo, se han disparado las búsquedas en Google desde Rusia sobre "cómo romperse un brazo" y los vuelos para abandonar el país se han agotado, evidenciando una división entre la población entorno a la invasión rusa de Ucrania.
Sus apoyos internacionales, cada vez más críticos
Precisamente cuando la figura y estabilidad interna de Putin está más cuestionada, sus aliados internacionales rehúyen cada vez más a menudo de mostrarle su apoyo en relación al conflicto bélico. A finales de la semana pasada, en el marco de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Uzbekistán, el presidente chino, Xi Jinping, le trasladó a Putin su "preocupación" por la situación de la guerra de Ucrania, dejando entrever una cierta inquietud desde Pekín nunca antes emitida publicamente. En concreto, hasta la fecha el Gobierno chino se había alineado con Moscú y no ha condenado la invasión, a pesar de que rechaza enviar apoyo material y bélico.
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Sin embargo, este miércoles el Ejecutivo de Xi ha ido un paso más allá. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, ha declarado en rueda de prensa: "Hacemos un llamamiento a las partes implicadas para que resuelvan la cuestión mediante el diálogo y la negociación", según recoge la agencia Reuters. Además, abogan por un alto al fuego y reclaman que la solución debe "tener en cuenta las legítimas preocupaciones de seguridad de todas las partes" y ha pedido a la comunidad internacional que "cree las condiciones y el espacio para ello".
Sobre los referéndums anunciados, no ha dejado claro si los asumirá como válidos: "Creemos que todos los países merecen que se respete su soberanía e integridad territorial. Deben observarse los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, que deben tomarse en serio las legítimas preocupaciones de seguridad de cualquier país y que deben apoyarse todos los esfuerzos que conduzcan a la resolución pacífica de la crisis". En cualquier caso, cada vez es más evidente que el gigante asiático no está cómodo con este conflicto y otra muestra de ello es la última columna publicada Hu Xijin, editor del 'Global Times', uno de los diarios fieles al Partido Comunista, en la que aboga por poner "un freno de emergencia" a la situación y destaca que "no hay un ganador o un perdedor absoluto en un conflicto militar entre potencias nucleares".
Esta postura china, difícil de digerir para el líder del Kremlin, se suma al revés que sufrió el pasado viernes por parte del primer ministro de India, Narendra Modi. En una reunión bilateral con Putin, Modi le dijo públicamente que "no es época para guerras", para después recordar que han sido varias las ocasiones en las que le ha manifestado esta postura al Kremlin -durante conversaciones telefónicas- y le ha insistido en la importancia de la "democracia, la diplomacia y el diálogo para llegar a una solución". El presidente ruso respondió con un escueto "conozco su postura y haremos todo lo posible para que termine cuanto antes".
Javier G. Cuesta, corresponsal de El País en Moscú: "Putin mete más presión, llama a reservistas y a rusos con experiencia militar”
Occidente responde a las "amenazas irresponsables"
Por otro lado, los países occidentales no han tardado en contestar a los nuevos movimientos rusos. En primer lugar, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha cargado contra Putin y Rusia este miércoles durante su discurso ante Naciones Unidas, mencionando la guerra nuclear, en respuesta al amago de amenaza emitido por Putin: "Una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debería luchar". Además, le ha acusado de lanzar "amenazas irresponsables", mientras recuerda que el Kremlin está llevando a cabo "una acumulación nuclear preocupante y sin precedentes sin ninguna transparencia".
Al mismo tiempo, la Comisión Europea se ha pronunciado en un sentido similar. Ha acusado este miércoles al presidente ruso de llevar a cabo una "apuesta nuclear muy peligrosa" y ha llamado a la comunidad internacional a presionarle para que "detenga tal comportamiento temerario". También se ha manifestado el portavoz europeo de Exteriores, Peter Stano, quien ha cargado desde Bruselas contra los "referendos ilegales" que Rusia ha orquestado en los territorios ucranianos ocupados.
En el marco español, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este miércoles en Nueva York que "Putin ha asumido que está perdiendo la guerra", para después subrayar que "trata de encubrir una invasión con dos referendos en Ucrania", lo que calificó de una "mascarada" que hay que afrontar "redoblando la unidad de Europa".
Así, la situación tanto a nivel interno como en el plano internacional ha cambiado para Putin, quien se muestra confiado en recuperar el control de la guerra con los 300.000 nuevos soldados que enviará. Además, la más que previsible victoria de la opción que aboga por anexionarse a Rusia en los referéndums convocados reforzarán levemente su posición, aunque cada vez resulta más evidente que el tiempo es un aliado de Ucrania. A medida que la invasión continúe alargándose, los apoyos internos y externos irán cayendo, por lo que justificar la guerra será cada vez más difícil.
¿Qué significa el mensaje de Putin? El análisis de Pablo Morán, jefe de Internacional de la Cadena SER
Carlos de Barrón
Escribo sobre actualidad en Cadena Ser.com, con...