La Policía interviene una placa falsa del CNI al cerebro del caso mascarillas, Alberto Luceño
En el registro a su domicilio, los agentes intervinieron además a Alberto Luceño supuesta documentación falsa de la Policía Nacional, Defensa y la Dirección Nacional de Seguridad. La Fiscalía pidió el registro porque cree que Luceño, un “estafador de libro” para los investigadores, se ha inventado la figura del intermediario malayo San Chin Chon
El empresario Luis Medina a su salida del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid donde este lunes después de prestar declaración como investigado junto a Alberto Javier Luceño por delitos relacionados con comisiones en la compraventa de material sanitario al comienzo de la pandemia. / Luca Piergiovanni (EFE)
Madrid
El pasado 22 de septiembre, el juez Adolfo Carretero, que instruye el escándalo del caso mascarillas en la ciudad de Madrid, ordenó la entrada y registro en el domicilio y lugar de trabajo del supuesto cerebro de la operación, el comisionista Alberto Luceño.
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Según la documentación del caso a la que ha accedido la SER, la Policía se encontró ante su sorpresa en su despacho, en el interior de una cartera negra, diversa documentación relacionada con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. En concreto, fue hallada una placa y portaplaca del CNI junto a una tarjeta blanca y azul del mismo centro de inteligencia con la fotografía de Luceño, así como "seis hojas con impresiones de imágenes" del Centro Nacional de Inteligencia, de la Dirección Nacional de Seguridad, del Ministerio de Defensa y de la Policía Nacional.
Fuentes de la investigación están convencidas de que se trata de documentación falsificada, que "encaja en el perfil de Luceño", a quien califican como "un estafador de libro".
Dudas sobre la existencia de San Chin Chon
El registro ha sido efectuado a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, que lo solicitó al juez por las contradicciones y sospechas respecto al intermediario malayo San Chin Chon que habría facilitado las mascarillas. El fiscal cree que San Chin Chon no existe y es producto de la imaginación de Luceño para justificar la estafa.
En este sentido, el fiscal destaca que la documentación presentada en inglés, supuestamente elaborada por el ciudadano malayo, contiene incorrecciones gramaticales y faltas ortográficas de alguien cuya lengua madre es el castellano. También hay errores en los correos electrónicos mostrados o ausencia de correspondencia a través de mensajes de texto o Whatsapp y reticencias a la hora de declarar en el procedimiento, que incrementan las sospechas de la inexistencia de San Chin Chon para el Ministerio Público.
Del capitán Khan a San Chin Choon
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