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'Aquellas mujercitas', la continuación del clásico de Louisa May Alcott

La secuela de 'Mujercitas' es una novela más madura, mejor construida y muy emocionante

'Aquellas mujercitas', la continuación del clásico de Louisa May Alcott

Louisa May Alcott nació en 1832 en Germantown (Pennsylvania) y murió en Concord (Massachusetts) en 1888. La energía y la independencia que ya tenía desde su infancia la acompañaron a lo largo de toda su vida y la llevaron a aceptar distintos empleos para poder ayudar económicamente a su familia. En 1854, publicó su primer libro al que siguieron más de 30 novelas y colecciones de relatos. Pero su nombre irá siempre unido al de 'Mujercitas'.

'Aquellas Mujercitas', secuela de 'Mujercitas', se publicó en abril de 1869. Louisa May Alcott no hacía más que recibir cartas de jóvenes entusiastas exigiendo con vehemencia que Jo se casara con Laurie y cosas así, a las que Louisa no hizo ni caso. La novela fue un gran éxito de ventas y la suerte de la familia Alcott cambió por completo. Es una novela más madura, mejor construida y muy emocionante.

Una obra que dramatiza el sueño trascendentalista de las vidas sexualmente igualitarias

Leer 'Mujercitas' en nuestra época es indagar en ideas contemporáneas sobre la autoridad femenina, las instituciones críticas y el canon literario americano, así como en las ideas decimonónicas de la relación entre la cultura patriarcal y la cultura de las mujeres. La novela de Alcott dramatiza el sueño trascendentalista de las vidas sexualmente igualitarias en el amor y el trabajo. 'Mujercitas' constituye uno de los mejores estudios sobre el dilema de la hija literata: la tensión entre la obligación femenina y la libertad artística. Además, a pesar de las prisas con que fue escrita, 'Aquellas Mujercitas' está mejor construida y más elaborada en el aspecto estilístico que ninguno de los otros libros de Alcott. Consiguió crear personajes vívidos, creíbles e imperecederos y escribir sobre ellos con una voz memorable, personal y americana.

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Alcott inició de inmediato una secuela de 'Mujercitas', escribiendo "como una máquina de vapor", al ritmo de un capítulo diario. "No me gustan las secuelas, y no creo que la segunda parte sea tan popular como la primera", le escribió a su tío, "pero los editores son perversos y no dejan que los autores se salgan con la suya, así que mis mujercitas deben crecer y casarse en un estilo muy estúpido". Se sintió molesta cuando algunas lectoras le escribieron para preguntarle "con quién se casan las mujercitas, como si ese fuera el único fin y objetivo de la vida de una mujer. No pienso casar a Jo con Laurie para complacer a nadie". Pese a sus temores sobre una secuela, la segunda parte vendió 13.000 ejemplares en el mes sucesivo a su publicación. Al final del año, Louisa había ganado 8.500 dólares en derechos de autor.

El arte más completo procede de las mujeres que han satisfecho sus necesidades sexuales e intelectuales

Al explorar y comparar el desarrollo artístico de Jo y de Amy, Alcott sugiere que el modelo romántico de la "genialidad" comporta graves problemas para las mujeres. Dado que deriva de la experiencia y la mitología masculinas, la genialidad obliga a la artista a sacrificar el aspecto femenino de su personalidad o a trabajar continuamente con la sensación de una infinita inferioridad artística. A diferencia de Amy, Jo no tiene la oportunidad de viajar por Europa, donde cada calle, parque e iglesia están saturados de historia literaria. Su material debe proceder de su propia experiencia, y Alcott pretende que la creamos cuando al final jura que su narrativa será aún más fuerte gracias a sus años como esposa, madre y maestra.

Dentro del marco victoriano de la novela, la separación de Jo respecto a su familia solo puede conseguirse mediante el matrimonio. A los 15 años, Jo prefiere ser una solterona a casarse por dinero, y su madre coincide con ella. No obstante, la soltería no se presenta positivamente en el libro en ningún momento. En esa etapa de la narrativa de Alcott existen alternativas viables al matrimonio, aunque las exploraría en sus obras posteriores. Como otras muchas obras de Alcott, 'Aquellas Mujercitas' representa la creencia de la escritora de que el arte más completo procedía de las mujeres que habían satisfecho sus necesidades tanto sexuales como intelectuales.

Este artículo contiene varios fragmentos de la introducción de Elaine Showalter a la edición Penguin Clásicos