"Sé que me he perdido muchas cosas": la razón por la que Iñaki Gabilondo no come con políticos
El periodista donostiarra llegó a pedir que su contrato le librase de las comidas de trabajo
La razón por la que Iñaki Gabilondo no come con políticos
Madrid
Maestro del periodismo y referente de la radio en España, Iñaki Gabilondo ha vivido muy de cerca algunos de los acontecimientos más importante de las últimas décadas: la Transición, el 23-F, los atentados de ETA, los primeros Gobiernos de PSOE y del PP, grandes casos de corrupción, el 11-M... Todo apunta a que alguien con tanto recorrido y tanta influencia en la sociedad habrá recurrido muchas veces a las comidas como instrumento de trabajo, compartiendo mesa con un sinfín de políticos y demás autoridades. "Pues no, te equivocas", asegura en la entrevista concedida a Gastro SER.
"Ellos quizá sí querían, pero yo no. ¡Al contrario! Teníamos buena relación, pero con distancia, sin relación de amistad. Nuestros enemigos creían que vivíamos prácticamente encamados, pero no ha sido así".
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El periodista donostiarra sabe que prescindir de las comidas suponía una renuncia, pero no se muestra arrepentido: "Yo prefería perder eso y ganar un metro de independencia. Hay gente que me lo ha reprochado porque he ido un poco lejos al respecto. A Eugenio Galdón le pedí que pusiera en el contrato que yo no iba a comidas de trabajo", recuerda sonriente.
"Una cervecita y después me iba"
Los madrugones que exige estar al frente de Hoy por hoy, de todas formas, suponían una espléndida excusa: "Me levantaba tan temprano que la SER me hizo la caridad de liberarme, así que, cuando venía un ministro, me tomaba una cervecita y después me iba".
Pero, ¿comer con políticos es incompatible con el periodismo independiente? "No digo que no se pueda, cada uno es como es", responde. "Conozco a periodistas formidables que militan en partidos —cosa que yo no he hecho nunca— o que van a comer con políticos todos los días mantienen su independencia perfectamente. Yo no puedo hacer eso porque me complico emocionalmente de manera bastante fácil".
Contra las comidas de trabajo
Tan lejos ha llevado su consigna que fue uno de los fundadores del Grupo Crónica y solo asistió a una de sus reuniones: "Surgía mucha información, pero también se generaba un juego de compadreo que no me gustaba y que yo no sabía llevar bien".
Especial de Navidad con Iñaki Gabilondo
Más allá de su gestión del delicado equilibrio entre lo personal y lo profesional en el periodismo, de todas formas, Iñaki Gabilondo se declara "en contra de las comidas de trabajo" porque, en su opinión, ni se come ni se trabaja. "Que una comida hecha con amor, cariño y meticulosidad sea lo último que importa, me parece una traición. Es como el pianista de un restaurante. ¡No es posible! No se le hace honor a la música, ni al pianista, ni al restaurante. Sé que se ha hecho siempre, pero yo no lo puedo entender".
Tomarse la comida muy en serio
En la entrevista concedida con motivo del programa especial de Navidad, Iñaki Gabilondo ha hecho un extenso repaso a su relación con la gastronomía, confesando que le gusta mucho comer y beber, pero que no le gusta "comer mucho". Como buen donostiarra, además, reivindica que en su tierra la comida es algo muy importante: "Nos lo tomamos muy en serio. Pero no me gusta pasarme".
Amante del cava —"en cualquier momento del año y como aperitivo"—, y también de las lechugas que compra en San Sebastián, Gabilondo reflexiona sobre la liturgia de una mesa con o sin mantel: "Hay que tenerle respeto a las cosas y a la gente que hace las cosas. El trabajo hecho con cariño y con meticulosidad me genera un respeto enorme". Una reflexión que recuerda al concepto japonés itadakimasu, que tan bien desarrolla la escritora alavesa Paloma Díaz Mas en su libro El pan que como.
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Carlos G. Cano
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