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'La roja insignia del valor', una novela antibelicista

La obra que convirtió a Stephen Crane en un autor de culto

'La roja insignia del valor', una novela antibelicista

Stephen Crane nació en Newark, Estados Unidos, en 1871 y murió en Badenweiler, Alemania, en 1900. Logró el reconocimiento literario de escritores como Joseph Conrad, Ford Madox Ford, Henry James o H. G. Wells. Con su primera novela, 'Maggie, una chica de la calle', escrita en 1893, introduce en Estados Unidos el naturalismo narrativo, pero será 'La roja insignia del valor' la que lo convierta en un autor de culto, cuya influencia se percibe en futuras generaciones literarias.

'La roja insignia del valor' se publicó en 1895. Es una novela que nos permite viajar dentro de la conciencia de un soldado durante una batalla. Es extraña, angustiosa y a la vez luminosa, llena de contradicciones y de emociones. Una experiencia extraordinaria.

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Stephen Crane fue como una supernova en el firmamento literario estadounidense de la última década del siglo XIX, irrumpiendo en la escena y brillando con luz intensa durante varios años hasta morir con 29. Aunque breve, tuvo una carrera tan prolífica, en un período que coincidió con la crisis económica más grave en Estados Unidos antes de la Gran Depresión de los años 30, que la edición de referencia de sus obras completas comprende diez voluminosos tomos de ficción, poesía y crónicas periodísticas. En junio de 1893, Crane empezó a escribir 'La roja insignia del valor'. Terminó el borrador de la historia a principios de abril de 1894 cuando solo tenía 22 años.

Una reflexión moral sobre la degradación humana inherente a los ejércitos

'La roja insignia del valor' se convirtió de inmediato en un éxito de ventas. Muchos críticos quedaron impresionados por el realismo de las escenas bélicas y situaban el libro a la altura de 'Guerra y paz' de Tolstói y de 'El desastre' de Zola. Edward Marshall aseguró en el Press de Nueva York que, aparte de Crane, solo Tolstói transmitía con tanta vivacidad "el más mínimo y curioso detalle sobre el comportamiento y los sentimientos íntimos en el fragor de la batalla". John Dos Passos, William Faulkner, Ernest Hemingway, Kurt Vonnegut o Norman Mailer encontraron en el poderoso antibelicismo de 'La roja insignia del valor' un modelo para analizar las contradicciones que surgen ante la violencia y una reflexión moral sobre la degradación humana inherente a los ejércitos en armas.

A pesar de que Crane no nació hasta seis años después del armisticio, se creía que había servido al ejército de la Unión. Como él mismo explicó, muchos críticos "insisten en que soy un veterano de la Guerra Civil, pero (...) yo nunca he olido la pólvora, ni siquiera en la recreación de una batalla". Decía que se inspiraba en "el furor de la confrontación en medio del campo de rugby" y, de hecho, en el capítulo 19, describe al protagonista, Henry Fleming, corriendo para cubrirse con "la cabeza agachada, como un jugador de rugby". La batalla que describe recrea, a grandes rasgos, la batalla de Chancellorsville de primeros de mayo de 1863. Sin embargo, en la obra los oficiales que participan en la batalla no tienen nombre porque, como después explicó Crane, "era primordial hacer de la batalla un prototipo".

'La roja insignia del valor' no cumple con las expectativas de los críticos que pretenden leerlo como si fuera una novela de crecimiento. En realidad, Henry Fleming no madura con la experiencia ni aprende nada de ella. A lo largo de la novela, Crane nos muestra a Henry como un títere sentimental que actúa dependiendo del momento. Si algo ha conseguido el autor, es que Henry nunca sea capaz de evaluar su conducta. Es como si Crane quisiera mostrarnos simplemente que Henry no alcanza ningún tipo de sabiduría ni consigue conocerse a sí mismo. La obra no aborda en ningún momento temas como la esclavitud, los derechos de los diferentes estados de Estados Unidos de la época, o de cualquier otra causa a la que se suele recurrir para justificar la guerra. En vez de eso, la razón consciente que lleva a los soldados a luchar ha sido sustituida por sentimientos primitivos o, todavía peor, por un "patriotismo" ciego.

Un triunfo de la visión y de la técnica impresionistas

'La roja insignia del valor' podría definirse como una novela antibélica. Henry quizá sea tan solo un insensato que sufre debido a sus ilusiones porque apenas es consciente de sí mismo y esta idea requiere un punto de vista muy sofisticado. Crane renuncia tanto al narrador omnisciente que describe de forma fidedigna la fluctuación de la realidad objetiva como al narrador en primera persona, cuyo punto de vista está cegado por el caos y la confusión de la guerra. En su lugar, desarrolla un estilo conciso, impresionista y comprensible, en el que todos los acontecimientos se meditan o reflexionan a través de la consciencia de Fleming y el lector siempre acaba percatándose de que es obra de la imaginación del personaje. La obra relata, en esencia, mediante las impresiones del protagonista, los temores de un héroe irónico, o de un antihéroe.

Sergio Perosa sugiere que 'La roja insignia del valor' es un triunfo de la visión y de la técnica impresionistas. Solo unos pocos episodios se relatan desde fuera; en escasas ocasiones la mente de Fleming se analiza de forma omnisciente y objetiva; se narran en extenso muy pocos incidentes. Prácticamente cada escena se filtra a través del punto de vista de Fleming y se mira a través de sus ojos. Todo está relacionado con su punto de vista: cómo sus sentidos perciben todo lo que ocurre y los detalles, cómo reaccionan sus sentidos, con sus impulsos psicológicos, sus sensaciones confusas y sus impresiones personales.

Este artículo contiene fragmentos de la introducción de Gary Scharnhorst a la edición de Debolsillo