"Ha sido una cosecha catastrófica": por qué la producción de aceite de oliva de Jaén ha caído un 70% respecto a 2022
"Para los agricultores es como si tuviesen que dividir su sueldo de un año entre dos", denuncia COAG
Madrid
España es el principal productor y exportador de aceite de oliva del mundo. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, de cada 100 litros que se producen, 45 vienen de España. La producción ocupa a 350.000 agricultores y genera 15.000 empleos en la industria, pero también tiene un gran impacto social y medioambiental. Para muchos pueblos de toda España, de hecho, el aceite de oliva no solo representa su actividad económica principal, sino que también se ha convertido en una seña de identidad, tradición y cultura.
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Pero aunque se produce aceite de oliva en 15 de las 17 comunidades autónomas españolas, Jaén destaca como gran potencia, concentrando un 37% de la producción nacional y acaparando multitud de premios internacionales. La marca Jaén Selección, que lleva 20 años seleccionando a los mejores de cada cosecha, ya se ha convertido en una referencia en el sector.
Además, su célebre "mar de olivos", que este año optará a convertirse en Patrimonio Mundial de la Unesco, ya no solo es un gran activo agrícola, sino que también se ha convertido en una atracción turística. La semana pasada, por ejemplo, acogió la celebración de una prueba ciclista en la que se acabó imponiendo el esloveno —dos veces ganador del Tour de Francia— Tadej Pogačar.
La impresionante contemplación del paisaje, de todas formas, puede complementarse con actividades como el senderismo, las visitas a almazaras o la degustación de la gastronomía de la zona, que cuenta con un interesante recetario tradicional, pero también con uno de los grandes restaurantes de alta cocina del momento: Bagá.
Un cultivo vecero
Pero el cultivo del olivar es vecero. Es decir, que un año da mucho fruto y, al siguiente, muy poco. Una característica que, sumada a las circunstancias climáticas del último año, en esta campaña ha resultado letal. "Llevamos cuatro años de sequía consecutiva y eso ha dejado al cultivo en una situación límite", señala Juan Luis Ávila, secretario general de la organización agraria COAG en Jaén. "Han bajado hasta los regadíos, que son los que suelen sacar la cosecha adelante, porque los pantanos estaban vacíos y por los costes de la electricidad".
Francisco Vañó, de Castillo de Canena, lamenta que "la peor sequía del siglo XXI", sumada al calor que hizo en la época de floración y las altas temperaturas del verano y del otoño, ha dado lugar a "una cosecha catastrófica". Pero también advierte que no debemos tomarnos esta situación como una desgracia aislada: "El cambio climático se está haciendo notar. Los veranos son cada vez más largos y se nota también en otros cultivos. Nos espera un futuro en el que tendremos que poner mucho de nuestra parte e invertir mucho".
El precio del aceite
España exporta el 65% de su producción a un total de 150 países, así que la baja producción del olivar jienense se va a acabar notando, de una manera u otra, en medio mundo. "Hemos vivido situaciones parecidas en otras campañas. En 2012, por ejemplo, también hubo una gran bajada. Pero la de este año va a influir mucho a nivel mundial", detalla Ávila. "A nivel nacional, la cosecha de aceite de oliva se ha reducido un 60%, pero en Jaén el pico ha alcanzado el 70% respecto al año pasado, lo cual supone una de las caídas más importantes del último siglo".
Teresa Pérez, gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, detalla que, según los datos del Ministerio de Agricultura, a 31 de enero la producción ascendía a 615.000 toneladas, por lo que se espera que al cierre de campaña no llegue a 700.000, cuando en 2022 fue de 1,4 millones. Una reducción similar a la que ya se vivió en 2012 y 2014, y que también ha afectado al resto de países productores, "a excepción de Grecia, Túnez y Turquía", por lo que España tendrá que tirar de stock (423.000 toneladas) y de importaciones.
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Francisco Vañó apunta que las importaciones procedentes de Túnez, Grecia y Turquía han frenado la tendencia, pero el hecho de que la caída de la producción coincida con una alta inflación está afectando directamente a los precios. Según el Boletín Semanal que publica el Ministerio de Agricultura, el precio medio del aceite de oliva se ha duplicado respecto a hace dos años. Un aumento que también se nota en los supermercados, donde el aceite de oliva —siendo uno de los que menos han subido— se ha incrementado un 30% (cinco veces más que el IPC) en 2022.
Ayudas para el sector
En vista de las circunstancias, COAG reclama ayudas al Gobierno porque, según detalla Juan Luis Ávila, la caída de la producción es, para los agricultores de Jaén, que solo han podido recoger un 20 o un 30% de lo que recogieron hace un año, "es como si un trabajador tuviese que dividir su salario de 12 meses entre 24".
"Es una situación de pérdida", señala. "Aunque suban los precios, nosotros ni siquiera estamos cubriendo nuestros costes de producción y el los seguros agrarios no sirven absolutamente para nada. El sistema lleva años en marcha, pero solo lo contratan el 2% de los agricultores porque luego no cubren los daños y las dificultades que tenemos".
El secretaro general de COAG en Jaén reclama préstamos con interés reducido, préstamos a fondo perdido, exención del IVA, exención de las cuotas de la Seguridad Social, eliminación de las cuotas de autónomos y reducción del IBI. Un paquete de medidas al que Francisco Vañó añade ayudas especiales para combustibles o fitosanitarios, y también bonificación en las primas de los seguros de rendimiento "para que los agricultores puedan percibir ingresos mínimos aunque la cosecha sea baja o inexistente".
Lalalá 1x08: Rosa Vañó (Castillo de Canena)
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía...