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"¿Dónde están las botellas si yo soy el ladrón?": visto para sentencia el juicio por el robo de vino en Atrio

Tanto la fiscal como la aseguradora han mantenido sus peticiones de condena de cárcel, de 4,5 y 5 años

Última jornada del juicio por el robo de 45 botellas de vino en el hotel-restaurante Atrio (Cáceres). EFE/ Jero Morales / Jero Morales (EFE)

Cáceres

El acusado del robo de 45 botellas en el restaurante Atrio de Cáceres, Constantin Dumitru, ha proclamado este miércoles su inocencia. "¿Dónde están las botellas si yo soy el ladrón?", se ha preguntado al hacer uso de su derecho a la última palabra en el juicio que se ha venido celebrando desde el pasado 15 de febrero en la Audiencia Provincial de Cáceres y que hoy ha quedado visto para sentencia.

La otra acusada, Priscila Guevara, ha guardado silencio ante el tribunal, que ahora tendrá que emitir un auto aparte, antes de emitir sentencia, sobre la petición de la puesta en libertad "inmediata" formulada por la letrada de la defensa, Sylvia Córdoba, quien ha pedido una sentencia absolutoria porque, en su opinión, se han vulnerado derechos fundamentales de sus defendidos durante el proceso, detenidos el pasado verano, mientras que las pruebas presentadas por la Policía son "actos de fe ciega".

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La abogada ha sostenido que las pruebas no aportan "evidencias legales" y ha pedido la nulidad de las pruebas periciales, así como que se desechen los testigos.

La fiscal pide 5 años de cárcel

Tanto la fiscal como la aseguradora han mantenido sus peticiones de condena de cárcel, de 4,5 y 5 años, respectivamente, en sus conclusiones definitivas. Pero la acusación pública ha rebajado la indemnización a 753.454 euros para la aseguradora, lo tasado por la interesada.

El acusado, por su parte, ha asegurado que no hay pruebas y ha expuesto las "incongruencias" del relato sobre si el robo había sido por encargo o si quisieron intercambiar las botellas por un coche. "Me vuela la cabeza pensar que un hotel con cinco estrellas y dos estrellas Michelin, que tiene una bodega de tanto nivel, de tanto vino, con botellas históricas, no tenga cámara dentro", ha declarado.

"No debemos estar aquí hablando de qué ha pasado ahí dentro o no", ha añadido. "Un seguro de casa inmediatamente te dice que pongas cámara aquí y aquí para poder, el día que te roben, devolverte lo que te están robando".

"No caben 45 botellas en dos bolsas"

Su abogada ha tratado de desmontar las pruebas de los peritos que han comparecido hoy, comenzando por los restos de ADN de los dos acusados hallados en el retrete de la habitación 107 de Atrio, que, para Córdoba, no les sitúan en el lugar de los hechos.

Sobre la identificación facial, ha recordado que no llegó a hacerse con las imágenes de las cámaras de seguridad por no tener calidad suficiente para "emitir ningún juicio", como han asegurado hoy las responsables de la Policía científica.

"No caben 45 botellas en dos bolsas de deportes y con cuatro toallas, ni por espacio ni por la ligereza con las que las porta ese hombre", ha apuntado la letrada de la defensa respecto a lo que se ve en las imágenes de seguridad.

Diferencias en la tasación

También ha cuestionado que el tasador contratado por la aseguradora fuera experto en vinos, como él ha dicho. La tasación de las botellas sustraídas asciende a 753.454,45 euros, según el informe realizado en febrero de 2022 y aportado ahora, sin las facturas de las botellas, compradas hacia el año 2000 por Atrio.

En este sentido, el abogado de la aseguradora, actor civil en el caso, Rafael Montes, le ha planteado por qué la defensa no hizo su propia tasación y ha defendido que el perito goza de conocimientos técnicos y prácticos tras 25 años como tasador.

Amigos en la 106

Sobre el relato de la acusación, ha asegurado que existen dudas sobre cómo se accedió a la bodega, sin cámaras en su interior, solo en la sala de catas anexa, pues "no existe la grabación de cuando entra" la persona que se ve en las imágenes, por lo que "podría haber estado abierta" la puerta, ha dicho.

La letrada ha recordado que así se la encontró el sumiller al día siguiente, por lo que ya no se hablaría de un robo con fuerza sino de un hurto. Además, ha expresado que, "casualmente", unos amigos de los dueños ocupaban la habitación 106, cuya llave fue utilizada antes que la maestra para intentar abrir la bodega, según el relato del Ministerio Público.

Por su parte, la fiscal del caso ha puntualizado que, aunque no existe una "prueba directa", la prueba indiciaria "acredita que los acusados son autores del delito", pues se ha demostrado, a su juicio, que los ladrones se alojaron en la 107 y estos eran los acusados. Así, les atribuye la autoría de un delito de robo con fuerza con dos agravantes relacionadas con el valor monetario y el valor histórico de las 45 botellas de vino.

"Ha sido un encargo"

En su declaración del pasado lunes, uno de los dueños de Atrio de Cáceres, José Polo, aseguró que el robo de las 45 botellas fue un "encargo" y mostró su disposición a negociar con los acusados por la "Chateau d´Yquem” de 1806, valorada en 350.000 euros, por su alto valor sentimental.

José Polo, uno de los dueños del hotel-restaurante "Atrio", a su salida este lunes de la Sección Segunda de la Audiencia de Cáceres. EFE/ Jero Morales

José Polo, uno de los dueños del hotel-restaurante "Atrio", a su salida este lunes de la Sección Segunda de la Audiencia de Cáceres. EFE/ Jero Morales / Jero Morales

"Ha sido un encargo. Me quedaba la esperanza de que no lo hubiera sido y que negociaran", declaró ante los medios tras testificar en la vista oral. "Si no negocian de aquí al final del juicio quiere decir que las botellas ya las tienen las personas que se las encargaron y que son peligrosas". Aunque la tasación inicial fue de 1.648.500 euros, los responsables de Atrio ya han obtenido una indemnización de 753.454,46 por parte del seguro, por lo que la restitución de las botellas, en el caso de que aparecieran, irían a parar inicialmente a la compañía.

"Al 100% no estoy seguro"

Polo insistió en que quieren "pasar página" y aseguró que el precio de las botellas es "relativo" porque depende del valor "histórico y sentimental", pero detalló que 24 de las botellas sustraídas se compraron en diciembre del año 2000 por "7 u 8 millones de pesetas cada una".

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Sobre el reconocimiento de los dos acusados del robo, Constantin Dumitru y Priscila Guevara, Polo no fue muy tajante: "No soy buen fisonomista. Él llevaba pelo. Al 100% no estoy seguro, pueden ser", aseguró ante el magistrado.

"Yo solo los vi en la cena. Me dijeron que se había registrado la señora y que estaba esperando a alguien para cenar. Tenía un amigo artista que estaba sentado con ellos y me acerqué a preguntarles que tal había ido la cena", afirmó el dueño del restaurante.