"Desde que soy funcionaria soy más pobre que nunca"
Trabajan en el paraíso y no tienen ni para el alquiler. En las Islas Baleares decenas de empleados públicos abandonan sus casas durante cinco meses al año porque los propietarios destinan las viviendas al alquiler turístico. Si el dinero fluye en Ibiza, Mallorca o Menorca, y el turismo crece cada día más, nos preguntamos: ¿por qué los vecinos viven de una forma cada vez más precaria?
Trabajar para el paraíso y no tener ni para el alquiler
Palma
Esther no se llama Esther, pero prefiere ocultar su nombre en este reportaje "para no tener problemas" con la propietaria que le alquila su piso durante el curso escolar. Trabaja como maestra en Ibiza desde hace dos años, y con ésta ya van seis veces que se ve obligada a empacar su apartamento dentro de un Ford Fiesta y mudarse a casa de sus padres en Palma durante el verano. Cuando llega la temporada alta, decenas de propietarios de Baleares destinan sus pisos al alquiler turístico, y los trabajadores que viven allí el resto del año sencillamente se ven desalojados. "Llevo trabajando desde los 16 años, y ahora que por fin tengo una plaza fija en lo que me gusta, siento que he dado un paso atrás en el tiempo. Desde que soy funcionaria soy más pobre que nunca", lamenta esta maestra de educación primaria, que paga 1.200 euros entre alquiler y gastos en un piso compatido con otras dos personas.
Frente a esta vida nómada que relatan muchos funcionarios de Baleares contrasta la imagen de riqueza y lujo que proyecta Ibiza al mundo. Si resulta que el dinero fluye en estas islas, que el turismo crece cada día más, que hay visitantes capaces de pagar mil euros por una botella de vino o de champán en un restaurante; en una conversación con la maestra Paula Nicolau en Palma de Mallorca, el reportero de A vivir... Bru Rovira se cuestiona:
—Si aquí hay tanta riqueza, ¿dónde está el dinero?
—Buena pregunta. Yo miro el lujo como una espectadora. Es un reflejo del funcionamiento de la sociedad: hay riqueza, pero en manos de unos pocos.
"Una fábrica de médicos quemados"
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La dificultad para acceder a una vivienda, sumada a unos sueldos poco acordes al nivel de vida de las islas, son un un desincentivo para todos aquellos funcionarios públicos que podrían elegir Baleares como destino. Según cálculos del sindicato médico Simebal, en la comunidad faltan unos 800 sanitarios. "Esta es una fábrica de médicos quemados. Más de 90 especialistas se han ido a la medicina privada porque tienen mejores condiciones de vida y sueldos más altos", se queja el doctor Miguel Lázaro, médico psiquiatra en Mallorca.
Jueces, maestros, policías o todos aquellos empleados que malviven del turismo se encuentran cada año en la misma situación. La consecuencia es la destrucción de la función pública y la amenaza que esto significa para el estado del bienestar. Lo explica Tomás Ocaña, guardia civil miembro del sindicato Jucil: "Baleares ya lidera el índice de criminaldidad a nivel nacional. Faltan más de 500 agentes y hemos cambiado nuestro modo de trabajo. Hemos pasado de prevenir a reaccionar a los incidentes que ya se han producido".
Valentina Rojo Squadroni
Uruguaya de nacimiento, catalana de adopción...