Así son las irresistibles tartas de Noelia Tomoshige: alta pastelería japonesa en las afueras de Getafe
Sus tartas se han convertido en una de las grandes atracciones gastronómicas del sur de Madrid
Madrid
Monroebakes es una pequeña boutique decorada con cerezos en flor y un montón de simpáticos muñecos de la cultura anime. Pero lo más importante está en el interior de sus vitrinas: una tartaleta de pistacho, yuzu y mandarina; una tarta de queso cremosa con té macha; una mille crêpe de chocolate blanco y fresas... Es decir, alta pastelería japonesa elaborada por la flamante ganadora del Premio Pastelera Revelación, Noelia Tomoshige.
Pero su tienda, contra todo pronóstico, no está en la exclusiva calle Serrano de Madrid, ni tampoco en el insigne Passeig de Gràcia de Barcelona, sino en una discreta avenida del barrio de El Bercial, en Getafe, que limita con el polígono de Butarque y la autopista A-42. El motivo es de lógica aplastante: de entrada, el precio de la vivienda; y luego, el deseo de trabajar cerca de casa.
De todas formas, ni la ubicación ni el tributo a Marilyn Monroe son los únicos detalles curiosos de este proyecto porque Noelia Tomoshige es getafense de adopción, pero de origen andaluz y japonés. "Mis padres se conocieron en Japón", explica en la entrevista concedida a Gastro SER. "Ambos estaban en clubes de flamenco. Mi padre como guitarrista y mi madre como bailaora".
Al final, ambos decidieron apostar por su gran pasión y se instalaron en Sevilla, donde nació Noelia. Pero el factor gastronómico llegó mucho después, a raíz de un curso al que se apuntó durante una visita a su familia, en Japón. Ella, en realidad, ha trabajado durante años en tiendas de moda y alta costura: Prada, Hermès, Balenciaga... "No lo dejé hasta el último momento", explica.
Inicios en la pastelería
"Siempre he sido de cocinar salado. Era muy foodie. Pero la pastelería es totalmente diferente a la cocina y no me salía muy bien", reconoce. En España, además, no era muy fan de lo dulce, pero sí le gustaba la fusión cultural de las pastelerías de Japón.
Gastro 25 | Noelia Tomoshige: alta pastelería japonesa en las afueras de Getafe
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"Ahora es más fácil encontrar ese tipo de dulces en París o Madrid, pero en esa época la única manera era ir a Japón. En Le Cordon Bleu te enseñan las bases de la cocina francesa, pero yo soy japonesa y he crecido con unos ingredientes que se pueden usar en la pastelería, como el té negro o el yuzu, así que para mí era natural casarlos con las técnicas francesas. Cuando empecé a estudiar, lo tuve claro".
El premio de Pastelera Revelación lo ganó gracias a un postre de sudachi (un cítrico japonés) y miel de castaño. "Un ingrediente japonés y otro andaluz para representar mis raíces", detalla. "Es algo muy especial, por eso he tardado casi tres meses en ponerlo a la venta en la tienda. Con toda la atención que recibimos después del concurso, era difícil concentrarse".
"La pastelería es un lujo"
La oferta de Monroebakes, de todas formas, va mucho más allá del postre que la lanzó al estrellato. Su best seller, de hecho, es el mille crêpe de chocolate blanco y fresas. Un milhojas de crepes que se inventó en Francia, pero que luego se ha popularizado —con muchos sabores diferentes— en Japón.
También destacan la tarta de queso cremosa con té macha o la tartaleta de pistacho, yuzu y mandarina. "El yuzu es un cítrico japonés que está muy de moda en España y que, además, casa muy bien con el pistacho y la mandarina", explica Noelia Tomoshige.
Sus tartas se han convertido en una de las grandes atracciones gastronómicas del sur de Madrid, pero los clientes más golosos notarán que el dulzor se sitúa muy debajo de la media nacional porque así son los estándares de la pastelería nipona. Eso sí: nada iguala en esponjosidad al cheesecake japonés. "A simple vista parece una tarta muy sencilla, pero hacerla bien es muy complicado", asegura. "Cuando tengo que enseñarla siempre digo que, si no estás de buen humor, no sale".
Noelia Tomoshige también acepta encargos personalizados, pero la mayoría de sus tartaletas o porciones individuales ronda los 5 o 7 euros. Un precio asequible que ella, sin embargo, considera necesario argumentar: "La pastelería es un lujo, no un bien de primera necesidad. ¡Es un capricho! Creo que a veces creo que hay una idea equivocada y no se tiene en cuenta que es necesaria una formación muy específica y unos ingredientes muy especiales".
"Sueña pero no te duermas"
En Monroebakes no hay sillas y mesas, pero sí venden café para llevar, por lo que se puede improvisar un pequeño pícnic en los alrededores. Lo que sí tienen —y se ve enseguida— es una especie de photocall con una frase ("sueña pero no te duermas") que pide a gritos un selfie de Instagram.
"Veo muchos vídeos de TikTok y sé que las frases se vuelven virales, así que tenía claro que la gente se iba a hacer fotos ahí y un año antes de abrir la tienda ya estaba pensando qué frase podía poner" en la pared", explica Noelia Tomoshige.
Entre los clientes que se han hecho ese selfie figura el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Fue una visita inesperada. ¡Todo pasó tan rápido que menos mal que tengo las fotos!", explica la Noelia Tomoshige. "Pero fue una visita muy especial. Me dijo que le gustaba mucho el pistacho, así que se llevó la tartaleta de pistacho, el mini honolulu de fruta de la pasión y mango, y también galletitas para sus hijos".
¿Sushi o pescaíto?
Criada en la Sevilla de los años 90, la pastelera de origen japonés reconoce que en su infancia comió phoskitos, bollycaos, donetes y filipinos, "como todo el mundo", pero al apelar a su memoria dulce destaca, por encima de todo lo demás, las tortas de anís. "Cuando era pequeña las comíamos mucho. Ahora no hago tantas cosas españolas, pero sí torrijas o arroz con leche, y también hay gente que me pide que haga caramelos de violeta".
Al enfrentarla al dilema gastronómico de tener que elegir entre el sashimi y el pescaíto frito, Noelia Tomoshige se queda con la versión nipona, pero su plato preferido, según cuenta, es "el arroz caldoso de Cádiz". Claro que también le gustan los platos del recetario tradicional, como las almejas a la marinera o el solomillo en salsa Rochefort que sirven en el restaurante getafense Las Ventas de Velázquez.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...