¿Es tu relación de pareja realmente sana?

Cómo desbloquear el teléfono de tu pareja sin que se de cuenta, trucos para saber con quién está hablando más, vídeos tendencias que compiten para ver cual de las dos partes es más tóxica... La relaciones de pareja requieren de mucho trabajo y esfuerzo para mantener un vínculo saludable y duradero. Es por ello que existen ciertos indicadores que pueden ayudarte a comprender y a trabajar a la hora de mejorar la relación con tu pareja.

¿Confías cuando la otra persona sale de fiesta? ¿Tienes necesidad de revisar sus mensajes o teléfono? ¿Te da vergüenza presentarle a tus amigos y familia? ¿Aprendéis juntos? ¿Tenéis planes separados? Y sobre todo, ¿te sientes bien a su lado?

Puedes pensar que estos son básicos en una relación, pero son actitudes fundamentales para ayudarte a comprender mejor tu situación.

El amor requiere de trabajo

Existe la creencia de que el amor es algo que llega como en las películas, por arte de magia. Y en realidad para tener una relación sana hay que tener muchas conversaciones incómodas. Porque poner límites cuesta mucho. Nos hemos criado con frases tipo “el amor duele” o “el amor lo puede todo” o incluso “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

Las personas que lo han dejado con sus parejas suele ser porque han llegado a límites que ya no tienen vuelta atrás, vamos, que han exprimido la relación y su salud mental al máximo, o que han pillado a sus parejas poniéndoles los cuernos, o haciendo algo que ya consideran que no se puede perdonar.

Pero en realidad, es muy difícil dejar a alguien cuando todo va bien. Cuando sabes que sigues queriendo a esa persona, pero no como pareja, pero tampoco ha pasado nada grave, sino que ya no funciona. Y es ahí donde tienes dos opciones:

-Estirar el chicle hasta que se rompa solo.

-Tener un acto de amor y romper ese vínculo.

Sabemos que el cerebro intenta ahorrar energía todo lo que puede, así que cuando te plantees dar el paso te va a recordar todo lo bueno que tiene esa persona para no tener que afrontar el enorme gasto energético que conlleva comenzar de nuevo, así que la gente suele estirar el chicle, o como lo llama mi madre “reventar la situación”: ir actuando de forma consciente-inconsciente de forma que te lleve directamente hacia el punto que querías (terminar la relación), pero sin tener control de la situación (vamos, que reventar la situación no es la solución ni es bueno). Por ejemplo, ir hablando mal a esa persona, pasando menos tiempo juntos, le ponen los cuernos… así hasta que seas capaz de desintoxicarte de la relación y puedas dejarla ir.