Wéstern

Madrid

Pues hoy Pedro Almodóvar nos deja en bandeja la palabra wéstern, lo que en la lengua patria de los cincuenta y sesenta, ajena aún al inglés, era una "peli del Oeste". Algunas de estas historias del lejano Oeste se rodaron aquí, en el cercano Este del desierto almeriense de Tabernas o en Italia y a ese subgénero se le llamó spaguetti wéstern. La palabra entró en el diccionario en 2001, un siglo después de que se rodase el primer wéstern. Y algo parecido sucedió con el vaquero, con el pantalón, no con el pastor de vacas, que llegó en 1992, 120 años después de que los patentase Levy Strauss. Los académicos Intentaron lo de llamarlos tejanos y cuando acogieron en el diccionario los vaqueros ya muchos los llamaban jeans.

Algunos títulos míticos del wéstern se nos colaron en nuestra conversación. Las peculiares danzas de siux y apaches sirvieron para nombrar el ridículo, "hacer el indio". De quien permanece activo en su oficio hasta el final de sus días decimos que "muere con las botas puestas". Cuando tenemos un plan B es que guardamos una bala en la recámara. Un enfrentamiento en la cumbre, sobre todo si se produce de día, será "un duelo al sol". Cuando alguien o algo irrumpe con fuerza seguro que colamos lo del "séptimo de caballería". Y de quien se demora en hacer algo diremos que es "más lento que el caballo del malo", vamos, que no actúa con la suficiente diligencia...