Ministros de Rusia y de Ucrania visitan países de África para intentar menoscabar la influencia del otro
El ministro de Exteriores ruso realiza una visita sorpresa a varios países africanos apenas días después de que hiciera lo mismo su homólogo ucraniano. Ambos intentan restar la influencia del otro en un continente con 54 votos en la Asamblea de la ONU
Más allá de los campos de batalla de Ucrania, la invasión de Rusia y sus consecuencias tienen otros espacios de enfrentamiento aunque no haya armas en ellos. África es uno de esos ejemplos, convertida en centro de peregrinación de mandatarios de ambos países en este mes de mayo. El motivo obedece sobre todo a un número: los 54 votos con los que cuenta África en la Asamblea de Naciones Unidas. Nada más comenzar la invasión, prácticamente todos los países africanos se abstuvieron en la resolución que exigía a Rusia que se retirara de Ucrania e incluso dos países, Eritrea y Mali, votaron en contra.
A Kiev acaba de regresar el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, en su segunda gira por el continente africano desde el inicio de la invasión dedicada a intentar variar la posición de ese bloque de países. "Estamos buscando garantizar que los países africanos voten a favor de nuestras resoluciones en la Asamblea General de la ONU, además de alentar nuestros esfuerzos dentro de sus capacidades para aislar a Rusia en el escenario internacional", ha reconocido Kuleba al terminar su viaje por Marruecos, Etiopía, Ruanda, Mozambique y Nigeria. Kuleba admite que es una labor difícil porque Rusia tiene presencia económica y militar en África desde hace años.
Moscú responde
Al tiempo que Kuleba regresaba a Kiev, su homólogo ruso, Sergei Lavrov, ha viajado también a África para reforzar la influencia de Moscú en el continente. Rusia exporta siete veces más material del que importa de África, pero tiene un interés estratégico evidente en toda la frontera sur de la OTAN. Mientras Ucrania ha pedido a los países africanos que abandonen la neutralidad, Rusia trata de seguir reforzando la dependencia de estos países hacia Moscú. "Hemos hablado de nuestra cooperación comercial, de inversión, ayuda humanitaria y cuestiones culturales", ha explicado Lavrov desde Nairobi y a dos meses de la celebración de una cumbre ruso-africana prevista para finales de julio y que acogerá la ciudad de San Petersburgo.
Después de visitar Kenia, Lavrov se ha trasladado a Burundi. Este país, uno de los más pobres de África, es uno de los más afectados por las interrupciones en las exportaciones de grano procedentes de Ucrania. Rusia y los países occidentales se han acusado mutuamente de sabotear esas exportaciones hasta el punto de que ayer mismo, en el inicio de su gira africana, Lavrov avisó de que el pacto para que ese producto salga por el Mar Negro "ya no funciona".
Visitas desde España, Estados Unidos, Alemania y Francia
Rusia y Ucrania han reforzado la labor de sus diplomáticos en África en las últimas semanas, pero el continente ha sido destino para viajes de otros dirigentes internacionales. Pocos meses después del inicio de la invasión, el Secretario de Estado norteamericano Antony Blinken visitó Ruanda, República Democrática del Congo y Sudáfrica para intentar reducir la influencia de Rusia y China en esos países.
En marzo, el francés Emmanuel Macron también realizó una gira por varios países en la que se encontró con las críticas directas de alguno de los dirigentes que le recibió, como Felix Tshisekedi, presidente de la República Democrática del Congo, que le acusó de mantener una actitud paternalista. El canciller alemán Olaf Scholz realizó una visita por varios países el pasado año cuando comenzó a notarse el efecto del impacto de la crisis energética, ya que Alemania dependía casi en exclusiva del petróleo y el gas procedentes de Rusia.
Y hasta Pedro Sánchez viajó a Kenia y Sudáfrica el año pasado para expandir la relación comercial con ambos países.
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...