Qué dice la ley de redes que acaba de aprobar Francia y por qué los influencers españoles deberían tomar nota

Los líderes de opinión se han apartado de las grandes pantallas para pasar a copar un espacio en la intimidad de las personas. En la actualidad son los influencers los que han tomado el papel que tenían los grandes carteles publicitarios hace décadas. Aunque su función va mucho más allá del marketing. Su figura determina las decisiones de muchas personas. Y, a pesar de las vertientes positivas, también hay graves polémicas en torno a esta situación.

Este viernes 2 de junio, el Senado francés ha apoyado por unanimidad una ley que pone límites a lo que estos influencers pueden hacer en redes sociales. El corresponsal de la SER en Francia, Vicenç Batalla, ha explicado las implicaciones de esta nueva regla.

"Hay una asociación de profesionales de influencers que estaba de acuerdo en llevar adelante esta ley"

La norma propone hasta una definición de lo que es un influencer, ya que durante los últimos años este sector no ha parado de crecer. "Han contabilizado aquí en Francia unos 150.000, algunos con millones de seguidores", ha apuntado Batalla. Ahora bien, de esta noticia, no sólo destaca que los propios políticos franceses hayan alcanzado el acuerdo de una forma unánime, sino que también "hay una asociación de profesionales de influencers que estaba de acuerdo en llevar adelante esta ley", ha expresado el corresponsal.

En este sentido, el país vecino define al influencer como aquella persona física o jurídica que utiliza su audiencia para promocionar productos o servicios a cambio de una remuneración. Es en este punto dónde emerge la disputa entre algunas asociaciones. Los contenidos difundidos en redes sociales son diversos. Sin embargo, en ocasiones determinar el límite entre la publicidad y la ética es complejo.

"Lo que esta ley dice es que no pueden vender como influencers determinadas prácticas médicas, cirugía estética, queda fuera el alcohol y se prohíbe que se puedan hacer apuestas deportivas", ha comentado Batalla. Esta determinación ha provocado el enfado de ciertos sectores que verán alteradas su actividad y, en consecuencia, su beneficio económico.

"Además, se deja muy claro que no se puede hacer publicidad encubierta o engañosa", ha aseverado Batalla. Por contra, los influencers deberán remarcar en todo momento cuándo un contenido se corresponde a una campaña publicitaria. En esta ley se pone de manifiesto la batalla contra el fraude. "Hoy el ministro de economía hablaba de que hay unas 50 cuentas que se están estudiando y en 30 de ellas hay infracciones", ha apuntado Batalla.

"Van a buscar a los peces gordos"

Tras investigar a varias personalidades, las autoridades francesas "empiezan a dar nombres y apellidos. Y empiezan a obligar a publicar mensajes para que dejen claro a su audiencia que lo que están haciendo no es correcto", ha añadido. "Van a buscar a los peces gordos", ha aseverado el corresponsal. El incumplimiento de esta norma contempla penas de hasta dos años de prisión y el pago de 300.000 euros de multa.

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