Fuego y chinchetas
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La noche en la que Madrid gritó el "¡woo-hoo!" de Blur

Memorable concierto de los de Damon Albarn en el refugio bajo techo del Primavera Sound

Especial Primavera Sound 2023: Blur y Pet Shop Boys

Madrid

La mayoría de la gente conoce a Blur por Song 2 y, con un poco de suerte, por temazos como Girs & Boys o The Universal. Pero antes de todo eso, la banda de Damon Albarn y Graham Coxon ya había sacado un par de discos. El segundo, Modern Life Is Rubbish, acaba de cumplir 30 años. Y ahí, escondido en el final de una canción, metieron Intermission, una especie de entreacto instrumental en el que, sobre una melodía de piano que acelera cada vez más, la banda al completo va sumando instrumentos hasta la explosión final.

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Blur debería haber tocado este jueves en el escenario principal del Primavera Sound, pero la previsión de lluvia hizo que se cancelaran todos los conciertos programados en la Ciudad del Rock de Arganda. En vez de eso, para alegría de unos 1.800 afortunados, la organización reprogramó a su cabeza de cartel en un refugio bajo techo: La Riviera.

Pero Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree estaban tan o más pletóricos que el público. Cuando a mitad de concierto tocaron Intermission, además, empezaron a cruzar miradas y no pudieron disimular su cara de felicidad. El guitarrista, de hecho, ¡hasta se puso a correr en círculos! Era como si, a sus cincuenta y tantos, acabaran cruzar una puerta espacio-temporal. Una pequeña travesura. Un milagro inesperado. Una celebración en toda regla.

Un repertorio muy noventero

El recital empezó con St. Charles Square, una de las canciones de su nuevo disco, The Ballad Of Darren, el primero en ocho años, que publicarán el próximo 21 de julio. Pero el repertorio fue casi exclusivamente noventero, incluyendo algunas canciones de sus dos primeros discos que llevaban tiempo sin tocar, como Advert, Popscene, Country Sad Ballad Man o la apabullante Sing, que en su día formó parte de la banda sonora de Trainspotting.

Graham Coxon volvió a demostrar que es uno de los mejores guitarristas de su generación y Damon Albarn estuvo más frontman que nunca. Dijo haberse olvidado el fijador dental en su camerino de Arganda y, para evitar que saliera disparado, se quitó un diente postizo delante de todo el mundo. Pero, entre payasada y payasada, no dejó de pedirle a la gente que lo diera todo y de acercarse a las primeras filas para, literalmente, darse un baño de masas.

La madre de todos los pogos

La emoción fue in crecendo a golpe de hit, claro: Beetlebum, Coffe & Tv, End Of A Century... Pero desataron la locura con Parklife y, sobre todo, Song 2. No sería de extrañar que el Instituto Geográfico Nacional haya detectado un pequeño movimiento sísimico a eso de las 23.00 porque con el ¡woo-hoo! se armó la madre de todos los pogos (y aún quedaban los bises).

Blur se dejó cuatro joyas para el final: la discotequera Girls & Boys; la emocionante Tender (que el público decidió seguir cantando a capella un rato más); su precioso último single, The Narcissits; y una balada inapelable: The Universal. Madrid echaba de menos a los reyes del britpop (20 años sin tocar en la capital) y ellos respondieron como mejor saben: con un concierto memorable.

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía...