La incongruencia de Juanma Moreno: cómo llegar al poder sin ser el más votado y acusar ahora a Sánchez de "retorcer la democracia"
El líder del PP andaluz llegó a presidente de la Junta siendo la segunda fuerza en las elecciones de 2019, como Ayuso, Mañueco, López Miras, Almeida o Guardiola
Las elecciones generales del pasado 23 de julio han dejado un escenario incierto en cuanto a la formación de Gobierno se refiere. Aunque el Partido Popular fue el partido que más diputados obtuvo, con 136 -a falta del voto extranjero, que se contabilizará este viernes-, lo cierto es que Alberto Núñez Feijóo tiene muy complicado optar a dirigir el Ejecutivo, ya que los números no le dan. El PSOE, segunda fuerza con 122 escaños, sí que puede intentar repetir el Gobierno de coalición con Sumar apoyándose en los socios habituales de la pasada legislatura, aunque necesitará, al menos, la abstención de Junts.
Este encaje de bolillos ya ha empezado a ser criticado por diferentes políticos del PP. Alberto Núñez Feijóo, por ejemplo, sigue insistiendo en formar Gobierno, para lo que pide la abstención del PSOE, y cree que sería anómalo que aquel que “perdió las elecciones” fuera el futuro presidente del Ejecutivo. Y Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, ha ido un poco más allá.
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Con un discurso similar a aquel que calificó de “gobierno Frankenstein” para referirse al Ejecutivo socialista que salió tras la moción de censura de 2018 que aupó a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno, el líder del PP andaluz ha asegurado ante la Junta Directiva de los populares en su comunidad que “el sanchismo quiere volver a retorcer” las “pautas normales de la democracia”, que no es otra cosa, según valora, que “el derrotado -calificativo que utiliza hasta en tres ocasiones- asuma la presidencia del Gobierno”.
José Luis Sastre, sin embargo, ha querido destacar la incongruencia de este discurso de Moreno Bonilla, dirigente muy próximo a Núñez Feijóo y presidente de la comunidad autónoma más poblada de España. ¿Por qué? Porque si bien él ahora dirige Andalucía gracias a la mayoría absoluta que obtuvo en los comicios de 2022, lo cierto es que llegó al poder en 2018 sin que el PP fuera la fuerza más votada.
En las elecciones andaluzas de 2018, el partido más votado y que más escaños obtuvo fue el PSOE de Susana Díaz, con 33 parlamentarios. El PP fue segunda fuerza, con 26 escaños. Pero Juan Manuel Moreno Bonilla se aupó al poder gracias a los votos de Ciudadanos -tercera fuerza, con 21- y los de Vox -quinta, con 12-. Es decir, que, utilizando sus propias palabras, como señala Sastre, Moreno Bonilla fue “el derrotado en aquellas elecciones”. Y, sin embargo, “nadie cuestionó la legitimidad de su Gobierno”.
Como nadie tampoco cuestionó la legitimidad de los Ejecutivos de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, Fernando López Miras en la Región de Murcia o el de José Luis Martínez-Almeida en el Ayuntamiento de Madrid. Todos ellos llegaron al poder en 2019… pese a no ser la fuerza más votada en las elecciones. Pese a perder los comicios, parafraseando a Feijóo o Moreno Bonilla. Al igual que María Guardiola en Extremadura o Jesús Julio Carnero en Valladolid tras el pasado 28-M. Todos ellos llegaron a dirigir sus gobiernos autonómicos o municipales siendo la segunda fuerza tras los comicios.
