Cómo evitar que los plátanos se pongan negros tan deprisa y 13 ideas para aprovecharlos cuando ya están 'al límite'

Madrid

Pocas frutas son tan sabrosas, tan versátiles y tan cómodas como el plátano. En Canarias se produce durante todo el año y su precio medio (según el último Informe de Consumo Alimentario) ronda los 2 euros, así que a las virtudes ya citadas hay que sumarle también el hecho de que sea un producto bastante asequible. Por si todo eso fuera poco, en el videojuego Super Mario Kart sirve para incordiar al resto de pilotos. Pero ese ya es otro tema.

Ciñéndonos al ámbito gastronómico, el plátano es un gran acompañante para el arroz a la cubana, pero también da mucho juego en la repostería —los batidos o las galletas de avena con plátano ya son todo un clásico—y, sobre todo, resulta muy práctico cuando nos vamos de excursión porque dispone de un estuche natural que lo protege y, a la vez, es muy fácil de retirar. No necesitamos lavar la piel y tampoco un cuchillo o un pelador.

Pero no podían ser todo ventajas. ¿A quién no le ha pasado que, al abrir la mochila, se ha encontrado dentro un plátano olvidado? Si ya estaba más o menos maduro, además, su piel probablemente estará completamente negra y, por dentro, la textura se habrá ablandado, llegando —en un caso extremo— a recordar más a una mermelada que a una fruta en sí. ¿A qué se debe ese fenómeno?

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"Al comenzar a madurar, los plátanos emiten etileno y el etileno acelera la maduración", explica el profesor de investigación del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), Víctor Galán. "Si está dentro de una mochila, la concentración de etileno será alta (no hay aireación) y, al aumentar el calor, el plátano perderá humedad. El resultado final es una muy rápida maduración".

Los plátanos y el kungfú

Según Galán, "la única solución es no meterlo en una mochila ni en una bolsa, sino tenerlo en un ambiente fresco, pero nunca en la nevera porque no aguanta temperaturas inferiores a 13 grados centígrados".

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Pero con los plátanos, como sucede con el kungfú, también puedes usar a tu favor la fuerza (maduración) de tu enemigo: "Para que un aguacate madure, lo mejor meterlo con un plátano dentro de una bolsa de plástico".

¿'Delicatessen' o residuo?

Los plátanos, además, suelen formar parte de casi todas las dietas. La nutricionista Silvia Romero, por ejemplo, asegura que "es bueno y recomendable" comerlos a diario por su aporte de "vitaminas, minerales y fibra". De hecho, señala que "hay muchos falsos mitos" que merece la pena desmentir: no provoca estreñimiento, se puede comer si tenemos diabetes y sus calorías no deben preocuparnos.

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Pero, ¿cómo detectar cuando un plátano está excesivamente maduro? Víctor Galán recomienda fijarse más en la parte de dentro que en la piel: "Si aún conserva cierta firmeza y no ha cambiado mucho de color no le va a hacer daño, pero yo no me lo comería".

Romero sitúa el límite un poco más allá: "Si hay presencia de moho o tiene manchas blancas o verdes, no debemos comérnoslo (ni tampoco aprovechar los trozos que parece que están bien). Esos plátanos sí hay que tirarlos".

Recetas y aprovechamiento

La nutricionista de Barcelona, de todas formas, recuerda que "los plátanos maduros son ideales para elaborar helados o repostería saludable, ya que son muy dulces y pueden servirnos para no añadir más azúcar a la preparación". Para los que no tengan tiempo, además, propone una buena solución: "Cuando tienes plátanos pochos puedes congelarlos en porciones y usarlos cuando los necesites".

En su cuenta de Instagram, de hecho, cuenta con un buen número de recetas que cuentan con el plátano entre sus ingredientes: muffins veganos, bizcocho al microondas, muffins de dos sabores, hojaldre de plátano y coco, minipancakes de plátano, bizcocho saludable, capricho de cacao, bizcocho de cacao al micro, pudding de frutas, brownie sin gluten, tortitas saludables, tarta de cacao saludable sin horno, helados saludables...