Páginas webs para desnudar a mujeres: el porno acoso como nuevo tipo de violencia sexual

Más allá de las cuestiones técnicas, la ciencia y la tecnología siempre se han enfrentado a preguntas que han ido moldeando su propia deontología. La ética intenta ofrecer respuestas al eterno debate: ¿tenemos derecho a hacer todo lo que podemos hacer? Podemos usar la Inteligencia Artificial, innovar con ella para mejorar nuestras vidas. Sin embargo, no hay avance tecnológico que no arrastre consigo peligros.

El último ejemplo de esto lo encontramos en Almendralejo, en Badajoz, donde se han difundido imágenes de decenas de niñas desnudas creadas con una aplicación de Inteligencia Artificial. Los padres de estas menores han denunciado la creación y difusión de estas imágenes, lo que se conoce como "porno acoso", y las autoridades ya están localizando a los responsables.

Este porno acoso es una nueva variante de violencia sexual que está marcando un punto de inflexión, ya que cada vez se está popularizando más. Famosas como Rosalía o Laura Escanes ya han denunciado creaciones hiperrealistas de ellas desnudas que se han fabricado con IA, algo que cada vez preocupa a más expertos.

Lluís Ballester es sociólogo, investigador de la Universidad de las Islas Baleares y autor de varios libros sobre este asunto –el más reciente: 'Acceso, consumo y consecuencia de la pornografía en la población adolescente'–. Ballester ha contado para 'La Ventana' que el uso de IA para crear estos deepfakes "es una extensión de lo que estábamos viendo. El porno de ataque, el de venganza y el de acoso pasan de mirar porno, a construir porno. El porno de acoso tiene que ver con la facilitación de las tecnologías y con el cambio cultural que hace que sea entretenido y divertido, cuando no lo es".

El porno acoso suele realizarse por gente muy joven para reírse de la víctima, por ello el sociólogo apunta a que "los adultos somos muchos más responsables porque estamos facilitándoles esas herramientas y enseñando modelos de cómo alterar vídeos pornográficos poniendo de protagonistas a personas cercanas".

Un daño a la imagen y la identidad

Además, este caso de violencia sexual en Internet es esencialmente contra las mujeres, ya que, atendiendo a la bibliografía, son ellas las víctimas de esas imágenes y vídeos pornográficos. "Hay un daño a la imagen y uno más profundo que tiene que ver con la construcción de ese trauma en las relaciones con los iguales, que son muy importantes en ese momento evolutivo de la infancia y la adolescencia. También hay un daño con la propia construcción de la identidad, ya que ese daño amplifica la dificultad de la construcción", argumenta el sociólogo.

Por otro lado, esta conducta de porno acoso no se da únicamente entre los más jóvenes, sino que también es un tipo de violencia machista extendida entre los adultos. Fue el caso de Verónica, la trabajadora de Iveco que se suicidó en 2019 tras viralizarse un vídeo sexual de ella.

Los desafíos del Derecho digital

Borja Adsuara es abogado experto en Derecho digital y reconoce que el caso de las niñas de Almendralejo no le sorprende: "Esto ya ha pasado, pero ahora ha aflorado. Ya hubo una aplicación de desvestir a tus amigas (así se anuncian) que existió y que se distribuía en un canal de Telegram, pero por las denuncias se eliminó. Ahora hay muchas webs que desnudan a chicas que en la foto original están vestidas".

El problema de este tipo de violencia machista y digital reside en la complejidad de su regulación. El experto en Derecho digital asegura que "es muy complicado porque ya hay sistemas de control parental, pero fallamos en la verificación de la edad. No hay un control real. Ahora la Unión Europea se ha puesto más seria con la Ley de Servicios Digitales y va a obligar a las plataformas a tomar medidas para realmente verificar la edad".

"El derecho penal tiene una función de represión de los delitos, pero también de pedagogía para disuadir determinadas conductas. Por tanto, es muy importante aplicar la ley y que se denuncie", explica Adsuara. "Al ser menores de edad, podría ser una pena de hasta 9 años por el delito de pseudopornografía infantil, que es la creada virtualmente. Los responsables, como mucho, serán internados en un centro de menores y una multa que pagarán los padres".