Otto Skorzeny, el nazi caracortada
Era conocido como el hombre de Hitler para las intervenciones muy especiales, como sabotajes, secuestros o asesinatos. Uno de sus logros fue el rescate de Mussolini de un hotel del Gran Sasso en el verano de 1943
Denominado por los norteamericanos como “el hombre más peligroso de Europa”, la cicatriz que atravesaba la mitad izquierda de la cara también le valió el apodo de “Caracortada”, lo que le convertía en un tipo singular y mucho más con su pasado como oficial de las SS, que se salvó de ser condenado en los juicios de Nuremberg y su huida de un campo de prisioneros de “desnazificacion”.
Participó en Odessa, una organización para la huida de antiguos miembros de las SS a diversos países de Sudamérica. Según el periodista argentino Uki Goñi, autor de “La verdadera Odessa”, fueron unos 3.000 nazis los que consiguieron huir al extranjero, como Klaus Barbie, Josef Mengele y Adolf Eichmann. La España de Franco se convirtió en un "domicilio" seguro para muchos de ellos. También para Skorzeny que se afincó en 1950 en Madrid (y en Mallorca) bajo el seudónimo de Rolf Steinbauer.
En la capital ejerció como representante de empresas industriales alemanas y austríacas y como comerciante de armas. Viajó mucho y mantuvo vivos contactos con viejos compañeros. Por investigaciones de la CIA, ayudó a montar el Servicio Secreto Egipcio y que para éste reclutó a un centenar de hombres, antiguos miembros de Gestapo y SS. Pero lo paradójico es que en 1964 trabajó para el Mosad para desbaratar los planes del programa de cohetes egipcios. Francisco José Rodríguez de Gaspar, autor de ‘Otto Skorzeny, el nazi más peligroso en la España de Franco’, cuenta cómo vivió tranquilamente en España al terminar la Segunda Guerra Mundial y participó en algunos contubernios como el de crear un ejército secreto de antiguos soldados de las Waffen-SS en España, bautizado como la Legión Carlos V, promover una reunión de todos los partidos de extrema derecha europeos en septiembre de 1951 en la ciudad de Toledo.
Falleció el 5 de julio de 1975 de un cáncer de pulmón y fue incinerado en el cementerio de la Almudena en un funeral repleto de saludos nazis.