Jordi Roca: "He vuelto a aprender a hablar a la vez que mi hija de 4 años"
Aimar Bretos entrevista al chef responsable de los dulces de El Celler de Can Roca, que ha recuperado su voz tras 7 años sin poder hablar
Las entrevistas de Aimar | Jordi Roca
16:39
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1696353058796/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Dice el saber popular que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Jordi Roca es chef copropietario, junto a sus hermanos, del restaurante El Celler de Can Roca. Un día de 2016 perdió la voz y no la volvió a recuperar hasta marzo de este año. En esta entrevista en Hora 25 escuchamos su maltrecha voz tras el duro fin de semana que pasó el pasado 14 de septiembre, cuando inauguró su nuevo proyecto: un bar especializado en sándwiches llamado 'Bikinería Rocambolesc'.
Pregunta. ¡Qué alegría escuchar tu voz otra vez! ¿Cómo estás?
Respuesta. Igualmente. Bien, hombre. Bien, bien, bien.
P. ¿Qué sientes ahora al hablar, Jordi?
R. Bueno, como podrás suponer, una alegría inmensa. Es como volver a reencontrarte. Aunque hoy estoy un poco regular de la voz porque llevo todo el fin de semana hablando a saco, pero bien, bien, contento. Es una sensación maravillosa, es como volver a reconectar.
P. ¿Notas que cuando hablas mucho durante unos días después pierdes la capacidad de hablar?
R. Sí, sí, sobre todo cuando fuerzo como he estado forzando este fin de semana, que ha coincidido con la apertura del nuevo local y he estado dándole caña a la voz. Para hacerme escuchar he forzado y voy un poco más cojo. Pero es como cuando uno tiene un esguince o se rompe una pierna y aún así sigue andando, pues está peor. Esto es un poco lo que me pasa.
P. ¿Qué explicación te dieron?
R. Por la voz. Es una disfonía espasmódica en la función, es decir, que tengo espasmos incontrolables en la cuerda vocal que hacen que se abran las cuerdas cuando intento hablar. Es un flujo de aire por un descontrol del diafragma y a la vez porque la cuerda vocal en sí se abre. Después, a base de entrenamiento, de hablar despacio, de buscar momentos de calma para volver a hablar poco a poco y, bueno, ir haciendo los ejercicios de voz, volví a recuperar la voz. Pero ya te digo: la recuperé, la perdí, la recuperé, la perdí. Llevo así un tiempo y hoy mismo estoy un poco afectado, pero aún así la puedo reencontrar, así que voy reencontrándome con la voz a menudo.
P. ¿Tú ahora sientes dolor? ¿Estás forzando?
R. No, no, ahora mismo no. Cuando intento, digamos, hablar como a una cierta distancia con alguien que tengo delante o cuando hay mucho ruido ambiente sí que siento dolor, pero ahora mismo no.
P. ¿Recuerdas el momento en el que perdiste la voz o fuiste plénamente consciente de que la perdías? ¿Qué pasó?
R. La perdí porque tuve una laringitis bastante larga, una infección de laringe que me duró dos semanas más o menos y a partir de entonces ya no volví a hablar como antes. Fue un parón de voz. Quedó afectada la parte de la laringe y la parte de la cuerda vocal. Y, bueno, quedó afectada por eso.
P. ¿Y durante estos años, Jordi, cómo te has comunicado?
R. Bueno, me he comunicado como podía. En espacios silenciosos, con susurros, un poco como ahora, pero estaba bastante peor. Escribiendo con el móvil, como podía. Con señales. Ha sido un trabajo también de aceptación, un trabajo de aceptación de una situación que podía ser pasajera o no, pero que yo la vivía como algo que estaba y que al final te acabas adaptando. La condición humana tiene una capacidad impresionante para adaptarse a lo que sea y en mi caso lo he vivido de esta manera. Pero también es verdad que he recibido mucha empatía, mucho cariño de la gente que tenía muy cerca, de mi familia, de mi pareja, han sido muy importantes durante este tiempo.
P. ¿Temiste en algún momento que no fuera pasajero, que fueras a perder la voz para siempre?
R. Sí, claro, sobre todo al principio, cuando no sabía que era pasajero y tampoco me sabían decir, porque es verdad que es una afectación rara, poco común, y los médicos no tenían claro al cien por cien qué era. Entonces, había un poco de desconcierto, pero cuando supe lo que era y tenía gente que me alentaba a que pudiera trabajarlo y recuperarla, fui a por ello.
P. Tienes una hija de 4 añitos, es decir, que nació cuando tú en ese momento no podías hablar con ella. Ella no pudo escuchar la voz de su padre hasta hace bien poco, hasta hace nada. Supongo que eso habrá sido emocionalmente muy complejo...
R. Bueno, sí, cuando ella empezó a hablar yo también. Fue bonito, porque aprendimos a hablar juntos y, a ver, tampoco es que yo lo viviera como algo terrible. De hecho, ella, mi hija, fue como un motor para tirar adelante y un motor de alegría y de energía, un chute de decir: "venga, vamos, que podemos". Lo bonito fue que cuando ella empezó a hablar y yo poco a poco también, ella no se extrañó. Fue como: "bueno, esto es normal, los papás son así". Y así seguimos.
P. Jordi, acabas de abrir Bikinería Rocambolesc, en el centro de Girona, ¿en qué momento decide Jordi Roca abrir un bar especializado en sándwiches?
R. Bueno, en el momento en el que tenemos el local de al lado de Rocambolesc libre y pensamos en algo que pudiera complementarse con la oferta dulce de Rocambolesc. Empezamos a darle vueltas a las cosas, pasamos de crepes a tacos y al sándwich, al bikini. Fuimos trabajando, fuimos corriendo de un lado para otro y yo creo que busco los bikinis porque también hay una vinculación emocional. Yo recuerdo mucho que muchas tardes mi mamá me preparaba bikinis y a ella también le encantaban los bikinis. De hecho, yo puse una crepería porque iba a comer bikinis con ella cuando era pequeño. Y recuerdo también todo lo que vivía y vivo el mundo del bikini, lo entiendo como entendemos los helados, que es algo que gusta a todo el mundo, que luego disfrutan desde pequeños a grandes. De hecho, esta mañana teníamos una cola de abuelitas maravillosas, haciendo cola para comprarse un bikini y eso es la hostia, es bonito. La verdad es que en un bikini cabe todo, entre dos rodajas de pan puedes poner cualquier cosa que cuando está calentito es delicioso. Y hemos intentado que el pan fuera un buen pan, que el queso funda muy bien, que los elementos que se incorporan dentro también tuvieran una peculiaridad, que fueran muy, muy buenos. La gente ha respondido superbién, estamos encantados. Ya te digo que estoy así de la voz porque abrimos el viernes, el viernes fue una locura, el sábado otra locura, corriendo, atendiendo y desde que abrimos no paró la cola. El domingo también. Ayer también estuve por ahí, que también tuvimos gente. Llevo unos días de mucho tute y por eso estoy así, hecho polvo, pero estamos muy felices de abrir un proyecto y, que solo abrir esté así, es maravilloso.
P. Jordi, me da miedo de que te esté haciendo forzar y te estés cansando.
R. No, no, qué va, qué va.
P. ¿Seguro?
R. Seguro, seguro.
P. Me has dicho que dentro de un bikini cabe todo, pero yo quiero preguntarte: ¿Cuál es para ti el bikini perfecto?
R. El bikini perfecto creo que es el clásico. Un buen jamón, dulce y de repente ahumado, con lo cual queda un pelín seco sin llegar a ser seco del todo, pero no suelta agua. Con un buen queso 'Havarti' que funde muy bien, dos rebanadas de pan de molde, el más esponjoso que puedas encontrar y mantequilla en cada lado. Una plancha muy caliente, la plancha es fundamental. De hecho, tenemos planchas que calientan por los dos lados. Eso de que quede completamente crujiente por cada lado y con un pequeño peso que le da al bikini esa planchada uniforme, con lo cual queda crujiente por fuera y derretido por dentro y es una delicia.
P. Me está entrando un hambre a esta hora de la noche...
R. Jajaja
P. Jordi, ¿un cocinero es un artista?
R. No, yo creo que un cocinero es un artesano. Un artesano como cualquier otro oficio que requiere mucha mano, conocimiento, conocimiento de la técnica y de la tradición y que se pule con el tiempo. Tiene más que ver con la artesanía que con el arte. El arte para mí es otro mundo.
P. Dime una cosa, cuando puedas gritar, ¿qué vas a gritar?
R. Yo puedo gritar, eh. De hecho cuando proyecto la voz, grito. Ahora lo que me falla es el tono normal. Por ejemplo, puedo decir ahora mismo ¡cabrón! Y es algo que me gustaría gritar a, no sé, a quien pille.
P. Ojalá muchísimos oyentes de la SER hayan subido mucho el volumen y estén flipando ahora mismo. Jordi Roca, muchísimas gracias por venir esta noche a Hora 25
R. Ha sido un placer.
P. Un placer.
Josema Jiménez
Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo en la Cadena SER desde 2018. Antes en Hoy por Hoy, ahora...