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Antoni Gaudí, el arquitecto revolucionario

La falta de reconocimiento por parte de los organismos oficiales, le acompañó durante toda su vida. A pesar de ello, siempre tuvo un mecenas y protector en la persona de Eusebi Güell, el Conde Güell. Para él realizó cinco trabajos entre los que destacan el Palacio Güell (la residencia familiar) y el Park Güell, lleno de un profundo simbolismo

Barcelona / NurPhoto

Una de sus obras, la Casa Milà, produjo reacciones irónicas entre los barceloneses que la llamaban “El avispero” o “La Pedrera”. En este edificio, Gaudí proponía un edificio naturalista sin líneas ni ángulos rectos porque en la naturaleza no existen. Ésta fue su última obra civil porque a partir de entonces se dedicaría por completo a la Sagrada Familia, hasta su muerte.

Gaudí tenía un sentido innato de la geometría y el volumen y lo aplicaba con gran maestría y capacidad imaginativa. Sus estructuras eran creadas generalmente en tres dimensiones. No diseñaba sus obras en planos, sino que lo hacía sobre maquetas en 3D con todo tipo de detalle. Esto ayudaba a sus colaboradores que podían verlas tal y como él las había proyectado en su mente.

El gran amor de su vida fue Pepeta Moreu que “admiraba al genial artista, pero no le gustaba el hombre, poco cuidadoso de su persona y desaliñado”. La negativa de Pepeta (que se casó varias veces), fue un mazazo para Gaudí y le condujo a refugiarse en el misticismo y la religión, pero a la vez fomentó su imaginación creativa. Siete edificios construidos por el arquitecto han sido inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO: Park Güell, Palacio Güell, Casa Milá, Casa Vicens, la fachada del Nacimiento y la cripta de la Sagrada Familia, la Casa Batlló y la cripta de la Colonia Güell.

Gaudí pasó los últimos años de su vida enfrascado en la Sagrada Familia, considerado uno de los proyectos arquitectónicos más largos del mundo, tras casi 140 años en construcción, y a día de hoy sigue la polémica y las controversias de si la estructura y detalles que se están construyendo son fieles al proyecto de Gaudí.

Su figura sigue envuelta en un cierto misterio personal que él mismo cultivó en los últimos años de su vida. ¿Era tan católico como dicen? ¿Acaso era masón? Su conocida aversión a viajar, dio lugar a que la mayoría de sus proyectos se ubicaran en Cataluña. Solo cuatro son sus monumentos construidos fuera de su tierra, como El Capricho de Comillas (Cantabria) o el Palacio Episcopal de Astorga (León).

Gaudí tuvo una mala muerte, atropellado el 7 de junio de 1926 por un tranvía de la línea 30 en la Gran Vía de las Cortes Catalanas, mientras se dirigía a la Iglesia de Sant Felip Neri. Por su aspecto descuidado no fue reconocido e incluso fue tomado por un mendigo y no fue socorrido. En cambio, a su funeral asistieron miles de personas. Se dieron cuenta que un genio se había ido para siempre.

 
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