El líder de Vox, Santiago Abascal, ha sido muy duro con Pedro Sánchez en el debate de investidura. En la línea de lo que otros portavoces de la ultraderecha han manifestado en los últimos días, Abascal ha hablado de golpe de estado, de ilegalidad o de dictadura. Un discurso repleto de hipérboles catastrofistas que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, le ha pedido puntualizar. «Este parlamento no puede suprimir ni coaccionar al Poder Judicial», ha dicho Abascal. «Este parlamento no puede actuar como una cámara constituyente. Este parlamento no puede derogar la Constitución con una ley de amnistía que no tiene cabida en nuestro ordenamiento jurídico. Este parlamento no puede, de ninguna manera, atentar contra la unidad de la nación, que es anterior y superior a la Constitución que estamos defendiendo». Ante el probable éxito político de Sánchez, Abascal ha hablado alto y claro: «Darán mañana el primer paso para un golpe a la nación, un golpe de estado, un golpe a la Constitucón. Levantan algunos las cejas en la bancada azul, pero en esos términos se han expresado muchas asociaciones del Poder Judicial». El líder de Vox ha seguido argumentando su teoría golpista durante varios minutos: «Para esta aberración democrática no ha sido necesario un espadón a caballo que obligue a los diputados a cambiar de régimen. Ha sido todo mucho más grosero. Para conseguir esta presumible mayoría que se impondrá mañana, Pedro Sánchez ha pactado con un prófugo de la Justicia en el extranjero y luego se ha limitado a ordenar a sus diputados lo que le ha ordenado allí el golpista Puigdemont». El relato de Abascal le ha llevado a hablar en términos históricos: «Señorías, ¿cuántos crímenes, cuánto dolor, cuánta miseria y cuántas injusticias pueden causar las ambiciones más bajas de un solo ser humano? La historia está repleta de ejemplos de ello y Sánchez pasará a la Historia, como quería, en ese listado de personas nefastas. Un personaje capaz de todo con tal de aferrarse a un sillón del que es totalmente indigno». Desde la tribuna, el líder de la formación ultraderechista ha acusado a Sánchez de «liquidar el estado de derecho, la separación de poderes y la igualdad ante la ley», tratando de «subvertir el orden constitucional» a través de «un golpe de estado en connivencia con las minorías separatistas». Abascal, de hecho, ha matizado que su discurso no es «retórica» ni tampoco «inflamación verbal». En su opinión, estamos ante «el inicio de una tiranía», por lo que «es importante» que quienes se oponen a ella coincidan en el diagnóstico «para poder aplicar los remedios adecuados, por dolorosos y arriesgados que sean para todos». El líder de Vox ha acabado asegurando que, en este caso, además, el nuevo Gobierno se disfrazará «con ropajes de legalidad» como ya hicieron «Hugo Chávez, Maduro o Hitler». Ha sido en ese momento cuando la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, ha apelado a los artículos 16 y 103 para exigirle que cumpla con el decoro que exige la cámara: «No puede ser que un representante del Congreso vaya en contra de los cimientos de la democracia. Este país sabe perfectamente lo que es una dictadura y un golpe de estado. Y tenemos en esta sede los recuerdos». Tras sus explicaciones, Armengol ha acabado con una petición explícita: «Señor Abascal, le pido que retire las palabras golpe de estado porque si no, en función de mis competencias, las retiraré yo». Pero el líder de Vox no solo se ha negado a retirar sus palabras, sino que ha protestado con visible indignación por lo que, según él, es una falta de libertad de expresión: «No tengo duda de que usted lo retirará del diario de sesiones por orden de la mayoría socialista. Demostrando que es una realidad que ya ni los diputados tienen libertad de expresión en la tribuna de oradores del Congreso». Minutos después, los diputados de Vox han acabado abandonando la cámara.