"Me volví loca": la nueva vida de Mar en un pueblo donde tocó el Gordo de la Lotería de Navidad pero casi nadie lo dice

Madrid

"Me volví loca", confiesa Mar al otro lado del teléfono cuando recuerda cómo fue a comprobar sus décimos cuando salió el Gordo de la Lotería de Navidad. Había estado hablando con alguien por teléfono que le preguntó si estaba viendo el sorteo. Cuando colgó puso la televisión y salió el premio al poco tiempo. No podía creerlo porque encima aquel décimo había sido un regalo sorpresa de un compañero de trabajo de su marido: "Habíamos ido de vacaciones y le debíamos un favor y lo típico que le traes un décimo y él nos lo devolvió... premiado".

El azar juega a veces malas pasadas y a la familia de ese compañero de trabajo generoso le dejó sin premio: "Él había comprado ya unos 10 para su familia y le faltaban tres para dar y fue a la administración y no había el mismo número y ya salió para fuera y volvió a entrar y dijo, venga, dame tres distintos" y cogió los tres premiados". Uno para él, otro para Mar y su marido y un tercero para otro amigo. Todos son de A Fonsagrada, una pequeña localidad de Lugo de poco más de 3.000 habitantes, donde el año pasado tocaron 180 millones de euros.

Un año después, en el pueblo reina la discreción: "Hay mucha gente que le ha tocado que no lo dice. No hay casoplones, ni cochazos... ni cosas que dices, ala, ya se ha gastado el dinero", cuenta Mar. Ella y su marido han invertido una parte del dinero en Bonos del Estado, han cambiado el coche y el quad y han hecho algún viaje: "Cosas que te apetecía hacer que eran muy caras ahora las haces, como unos marisquitos... Así que vives mejor, pero tampoco como un rico porque es un décimo", resume.

Acostumbrados a vivir de forma humilde y tranquila

En A Fonsagrada quedan dos bancos que después de la lotería de Navidad del año pasado tuvieron mucho trabajo. En uno de ellos fue donde le aconsejaron a Mar invertir en Bonos y Letras del Estado. "A ver si nos da un poquito más", desea. La mayoría de los vecinos tenían un décimo, incluso a veces compartido, pero intuyen quién pudo haber comprado más: "Parece que un señor mayor que vive solo, que no tiene familia ni herederos, tenía más, pero no sé exactamente porque la gente mayor tiene miedo y no dice mucho. Son rumores".

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Mar cuenta que los habitantes de A Fonsagrada están "acostumbrados a vivir de forma humilde y tranquila". Tras conocer que habían ganado el Gordo, su marido siguió con su plan para ese día: "Se fue a recoger remolacha, porque sus padres tienen ganado", recuerda. Ella, en cambio, se fue a celebrarlo con los vecinos y compartió en radio y en televisión su alegría: "Fue el mejor día de mi vida".