Muere Javier Oyarbide, el último cocinero de la saga familiar que convirtió el restaurante Zalacain en una leyenda
Zalacaín fue el primer restaurante español distinguido con tres estrellas Michelin
Madrid
La muerte del cocinero Javier Oyarbide, confirmada el pasado sábado por Miguel Garrido, presidente de la Confederación de Empresarios de Madrid, se ha convertido en la primera mala noticia para el sector de la gastronomía española. Una pérdida lamentada por un sinfín de amigos y colegas de profesión, como los cocineros Alberto Chicote, César Martín (Lakasa) o Francis Paniego (Echaurren).
Oyarbide, de 57 años, formó parte —junto a su hermano Iñaki—del equipo de los restaurantes Príncipe de Viana y de Zalacaín, fundados por sus padres, Jesús Oyarbide y Consuelo Apalategui. Zalacain, una auténtica leyenda de la gastronomía española, fue el primer restaurante español distinguido con tres estrellas Michelin. Un hito logrado en 1987: dos años antes que Arzak.
Tras la muerte de sus padres y de su hermano, el cocinero también tuvo que lamentar la pérdida en 2023 de otra figura clave en el Zalacaín de los 80: la del chef Benjamín Urdiain, de quien escribió un emocionante artículo en la web de la Academia Madrileña de Gastronomía.
"Gracias, gracias y gracias"
Consultado por la Cadena SER, el cocinero Alberto Chicote ha asegurado que le tenía "un cariño muy especial" desde que le conoció, en 1991, como trabajador de Zalacaín. "Yo entonces era un chaval, y él era parte de esa familia mágica que había revolucionado la gastronomía en España. Benjamín Urdiain, Ikañi, la señora Chelo... ¡Una familia maravillosa!".
Chicote reconoce que Javier Oyarbide le enseñó "el amor por la cocina y por hacer las cosas bien", tanto en el trabajo como en alguno de los viajes que compartieron. "Se pierde el último eslabón de una saga familiar a la que debemos todos mucho", señala. "Antes de Zalacaín no teníamos ni idea de que algo así, propio de París o de las grandes ciudades de Francia, pudiese estar también en una ciudad como Madrid".
"Todo lo que tengo que decir es gracias, gracias y gracias", prosigue. "Pero recuerdo unas trufas envueltas en hojaldre... Una cosa muy sencilla. Una trufita perfecta, limpia, envuelta en jamón y hojaldre... y cocida. Cada vez que se hacía eso era un estallido de aroma".
"Una persona discretísima"
La periodista Ana Marcos, quien también compartió muchos momentos junto a Javier Oyarbide, señala que "se pierde una persona educada, amable y discretísima, demasiado para lo que valía", destacando que "siempre fue un tipo callado, sencillo, que no se daba aires de nada".
Marcos recuerda que Oyarbide era un gran cocinero, sobre todo, por su manejo de las verduras y por sus "maravillosas" chuletillas de cordero. Pero también pone en valor su vasta cultura gastronómica: "A principios de los 90, en casa de una amiga, hicimos una cata superdivertida de aceites de oliva virgen extra y él sabía muchísimo. ¡Nos dio una lección espectacular!"
Basta con echar un vistazo a su cuenta de Twitter, sin embargo, para descubrir que su otra gran pasión en las carreras de coches. Él mismo, de hecho, compitió junto a su hermano Iñaki en muchos ralis. Un tema del que le gustaba hablar con el cocinero (y antiguo periodista deportivo, especializado en Fórmula 1) Manu Franco.
"Hablábamos mucho de coches", señala el chef. "Él me conocía de mi etapa como periodista de la Fórmula 1 y el Dakar, y teníamos varios amigos en común: Pipo López, Carlos Sainz... Las conversaciones con él eran algo mágico. Era una persona muy entrañable y única".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...