Enrique el Navegante, promotor de descubrimientos
El famoso Monumento a los Descubrimientos, de Lisboa, se construyó en 1960 para conmemorar los 500 años desde la muerte de Enrique el Navegante
Con sus impresionantes 52 metros de altura, tiene forma de carabela en el que aparecen 33 personalidades representativas de la Era de los Descubrimientos mirando al Tajo, estando el propio Enrique en la proa del mismo. Y lo está porque, el primer duque de Viseu, fue la más importante figura del inicio de los hallazgos y descubrimientos marítimos para la corona de Portugal.
Hijo de Joao I, el fundador de la Dinastía de Avis, y de Filipa de Lancaster, en el año 1414 convence a su padre para conquistar Ceuta, enclave que consiguen, otorgando al reino de Portugal el dominio del comercio que la ciudad ostentaba. También fue nombrado administrador de la Orden de Cristo, que sucedió a la Orden del Temple, cargo que ostentaría hasta el final de sus días. En 1427, organizó y financió diversas expediciones por mar en las que sus navegantes descubrieron las primeras islas Azores, posiblemente por Gonzalo Velho Cabral, siendo colonizadas por los portugueses, al igual que el archipiélago de Madeira. En la época del infante Don Enrique, el Cabo Bojador era el punto conocido más meridional de la costa de África y el más peligroso. Gil Eanes fue el primero en pasarlo en 1434, acabando con el terror que hasta entonces se tenía sobre lo que se encontraría más allá del cabo.
Tras la muerte de su padre, el hermano mayor de Enrique sube al trono y le entrega a éste un quinto de todos los beneficios comerciales con las zonas descubiertas, así como el derecho a explorar más allá del Cabo Bojador.
Como mecenas e inspirador de tantas expediciones, un elemento que supuso un gran impulso fue la construcción de una nueva embarcación más ligera y manejable: la carabela.
El piloto Dionisio Díaz llega al río Senegal, dobla el Cabo Verde en 1444 y visita Guinea. Con ello se pasa el límite sur del gran desierto del Sahara. A partir de ahí el Infante cumple con dos de sus objetivos: evitar las rutas del comercio por el Sáhara y acceder a las numerosas riquezas de África meridional. En 1460 se había explorado ya la costa africana hasta Sierra Leona.
Entretanto, Enrique patrocinó la creación de una cátedra de astronomía en la Universidad de Coimbra y fue también uno de los principales organizadores de la conquista de Tánger en 1437, la cual fue un rotundo fracaso, ya que su hermano más pequeño, Fernando, llamado el “Infante Santo”, fue hecho prisionero con un penoso cautiverio hasta su muerte seis años más tarde. No está claro que Enrique fuera el fundador de la Escuela de Sagres, cuya fama fue la de conseguir numerosos y significativos avances técnicos y científicos para las artes de la navegación. Pero en Sagres murió en 1460. Lo que sí está claro es que los descubrimientos impulsados por el Infante fueron la base para el posterior desarrollo del imperio colonial portugués.