¿Puede haber personas con obesidad sanas? Boticaria García lo explica con la teoría de la luna de miel
Este 4 de marzo es el Día Mundial de la Obesidad. Repasamos algunas advertencias sobre el sobrepeso del último libro de la nutricionista, 'Tu cerebro tiene hambre'
Madrid
En España, cerca del 19,3% de los hombres y el 18% de las mujeres sufren de obesidad, según el reciente estudio ENE-COVID. Las proyecciones hablan además de un incremento anual del 1,9% en la incidencia hasta 2035. Este 4 de marzo es el Día Mundial de la Obesidad, un problema de salud pública que hay que abordar desde la prevención al tratamiento. En ambos casos, las pautas alimentarias son clave pero no es lo único a tener en cuenta.
Expertos de todo el mundo consideran que la dieta mediterránea es un modelo que ha demostrado sobradamente su eficacia en el control de la obesidad: "Este patrón se caracteriza por un alto consumo de alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva virgen extra (AOVE), un consumo moderado de pescado y lácteos y un bajo consumo de carnes rojas", resume María del Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO). Señala además que la economía influye de forma sustancial: "Durante las últimas décadas se ha producido en España un descenso en la adherencia a la dieta mediterránea. Este cambio ha sido más intenso entre personas en desempleo y con bajo nivel educativo, favoreciendo la desigualdad en los hábitos alimentarios saludables".
La farmacéutica y nutricionista Boticaria García ha publicado recientemente un libro en el que aborda muchas cuestiones relacionadas con la obesidad. Se titula Tu cerebro tiene hambre y, entre otras cosas, clasifica los distintos tipos de hambre y habla sobre la eficacia y conveniencia de distintos tipos de dietas. También dedica buena parte de sus páginas a derribar el estigma sobre la obesidad y la famosa frase de que "quien no adelgaza es porque no quiere o porque no tiene fuerza de voluntad". Explica cómo funciona la dopamina en nuestro cuerpo y, en especial, en los organismos de personas con obesidad, que tiene menos receptores de dopamina, lo que les hace necesitar más comida para saciarse: "Los adipocitos (las células grasas) se inflaman cuando cuando tenemos muchos y están apretados unas con otros porque no pueden respirar bien y tampoco mandan la señal de saciedad. Entonces, tú imagínate una persona con obesidad, que no le llega la señal de saciedad, que además no segrega tanta dopamina y tiene menos receptores, con lo cual, cuando come no le genera tanto placer. Pues claro que hay que tener fuerza de voluntad, pero es que tiene unos condicionantes y no es lo mismo", explica en una entrevista en la SER.
Boticaria García explica cómo distraer al cerebro para que no tenga hambre
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La genética importa entre un 40-70%
La genética determina nuestro físico entre un 40-70%. Un porcentaje importante pero que deja un margen demasiado amplio como para que alguien con sobrepeso no diga que es "una profecía autocumplida". "Está la epigenética, que es cómo los hábitos alimenticios y de ejercicio modifican los genes más relacionados con la obesidad. Es como si plantas un girasol y en la semilla está puesto que el girasol va a medir hasta un metro. Pero dependiendo de cómo sea el tiempo, de si llueve o no llueve, de si hay pájaros que picotean de si el terreno está más abonado o menos abonado... va a crecer más o menos. Pues lo mismo que con nuestros genes. Sobre adelgazar, sobre coger peso o no y el ambiente: Nuestros hábitos van a determinar cómo esos genes florezcan".
¿Puede haber personas con obesidad sanas?
En redes sociales suscita mucha polémica un concepto llamado Fat but fit que se atribuye a personas con obesidad metabólicamente sanas. Boticaria García cree que "pueden existir, pero un ratito y matizando mucho". Es lo que ella llama la teoría de la luna de miel: "Una persona que tiene obesidad y que tiene un exceso de grasa, lo más probable es que haya una disfunción, que los adipocitos que no funcionen bien y que haya inflamación. La obesidad se llama obesidad como enfermedad no porque sea un factor de riesgo para el futuro, es que en el presente una persona con exceso de grasa, primero, cuantitativamente sus rodillas, su sistema musculoesquelético, ya está sufriendo más y luego por dentro tiene esa inflamación que puede ser de distintos grados. Y la cuestión es que aunque el colesterol, el azúcar y la tensión les den estupendamente en un momento, a los 3 ó 5 años, esas personas empiezan a tener una mayor predisposición a tener un accidente cerebrovascular, un infarto, enfermedades metabólicas...".
El paso del tiempo es clave en cómo reacciona nuestro cuerpo ante las mismas circunstancias. "Yo lo comparo siempre como con la goma de un bikini, que el primer año del bikini está bien y el segundo también, pero a los5 ó 6 años no hay ningún bikini que haya envejecido bien, es algo más elástico, deja de estirar bien y hasta se rompe. Pues esa elasticidad es la que tiene nuestro cuerpo. Cuando somos jóvenes tenemos una capacidad lozana, antiinflamatoria, nuestras células se reparan. Pero hay una cosa que se llama senescencia celular, que tiene que ver con cómo envejecen nuestras células", resume al más fiel estilo Boticaria, que siempre tiene ejemplos de lo más ilustrativos y sencillos para explicar cosas complejas.
Elisa Muñoz
Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...