Punto de Fuga
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Miles de criminales de la antigua Yugoslavia permanecen libres en Croacia, Serbia y Bosnia

Al mismo tiempo que los países de los Balcanes intentan acelerar su ingreso en la Unión Europea, a día de hoy muchos responsables de crímenes de guerra han evitado los juicios

Una mujer camina en Belgrado junto a un mural que representa a Ratko Mladic, que cumple condena por crímenes de guerra / Pierre Crom

El Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia echó el cierre a finales de 2017 con 161 personas acusadas de distintos crímenes cometidos durante las guerras de principios de los años 90. Un resultado escaso para la desenfrenada ola de violencia que recorrió los países balcánicos y que aún hoy sobrevuela sobre las sociedades de naciones que intentan cicatrizar el pasado y asomarse a la Unión Europea.

Unas cicatrices que son difíciles de cerrar cuando miles de personas responsables de crímenes durante esos años siguen libres. Muchas huyeron a terceros países para evitar a los fiscales, pero otras siguen viviendo en Serbia, Croacia o Bosnia convencidas de que en realidad nadie las busca activamente y, por lo tanto, no serán nunca juzgadas. "Probablemente sean miles las personas en todo el territorio de la antigua Yugoslavia, tanto en Croacia, en Bosnia y Herzegovina, en Serbia como en Kosovo las que puedan ser investigadas legítimamente por la sospecha de que hayan cometido crímenes de guerra, contra la humanidad o genocidio", nos relata Iva Vukusic, de origen croata, historiadora de la Universidad de Utrecht e investigadora en su momento en el Tribunal de La Haya encargado de analizar las masacres cometidas en Yugoslavia.

No hay sistema judicial en el mundo que pueda sostener 5.000 investigaciones por crímenes de guerra al mismo tiempo

—  Iva Vukusic, historiadora de la Universidad de Utrecht

Sólo los documentos físicos guardados en relación a la guerra ocupan cerca de dos kilómetros y medio, a lo que hay que sumar la ingente cantidad de archivos digitales existentes. Una cantidad de información que hace prácticamente imposible poder desentrañar cada caso, cada posible asesinato, violación o abuso. El tiempo además corre en contra de los investigadores. Han pasado prácticamente 30 años desde el final del conflicto, y muchos de los responsables, así como de los testigos que pueden ofrecer pistas, han fallecido.

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Los perfiles de estas personas que siguen escapando de la acción de la Justicia son muy variados, según reconoce Vukusic: "Algunos han cometido sólo un crimen, solo un asesinato, otros han cometido múltiples crímenes a lo largo de meses e incluso años. Tenemos también tanto militares de diferentes rangos como líderes civiles, doctores, abogados... hasta taxistas o camareros que quizá formaron parte de grupos paramilitares". La mayoría de estas personas son hombres, aunque también hay alguna mujer sospechosa.

Los delitos de genocidio o de crímenes contra la humanidad en todo caso nunca prescriben. Al igual que casi 80 años después se siguen produciendo arrestos y juicios de responsables de crímenes durante la II Guerra Mundial, los investigadores que trabajaron en La Haya confían en que aún pueda haber nuevas detenciones relacionadas con las guerras de los Balcanes.

Falta colaboración

Los investigadores se han encontrado con el paso de los años con trabas por parte de algunos de los países que volvieron a emerger después de la guerra. De hecho, en algunos como Serbia o Croacia se han vuelto a escuchar, sobre todo en las gradas donde se agolpan los ultras de los equipos de fútbol, eslóganes en los que se ensalza a criminales de guerra.

No están escondidos porque nadie los está buscando o nadie los ha acusado. Así que viven sus vidas esperando, apostando a que el sistema judicial nunca reparará en su caso

—  Iva Vukusic, historiadora de la Universidad de Utrecht

Es cierto que los distintos gobiernos de Serbia, Croacia o Bosnia han entregado documentos relacionados con las guerras, pero Vukusic lamenta que buena parte de ellos son material clasificado al que no puede acceder el público. "No permitieron que algunos documentos fueran accesibles para el público en general porque consideraron que potencialmente eran peligrosos para su seguridad nacional. Así que, de hecho, hay muchos documentos que son muy importantes y que aún no son accesibles y es incierto realmente que alguna vez lo sean", concluye.

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El centro de investigación humanitaria con sede en Belgrado denuncia en su última actualización que Serbia actúa con falta de transparencia y que apenas se ciñe a acusar a personas que han cometido delitos de poca gravedad. Recuerda además que las autoridades serbias han negado en varias ocasiones el genocidio de Srebrenica, que han prestado apoyo a criminales serbios o que los tribunales no han querido compensar a las víctimas de crímenes de guerra.

Hay que tener en cuenta en este proceso las relaciones entre los propios países y sus comunidades internas. Los serbios residentes en Bosnia y que teman ser perseguidos se pueden ir a Serbia, donde está prohibido extraditar a sospechosos de crímenes de guerra a Bosnia. Tampoco Croacia ni la propia Bosnia extraditan a personas que puedan ser juzgadas en los tribunales de sus enemigos de entonces y vecinos actuales.

Vukusic también reconoce que la invasión de Ucrania o la más reciente guerra en Gaza van poco a poco dejando en el olvido del pasado los conflictos que hunden sus raíces en los años noventa. "La gente está centrada en Ucrania, lo que es comprensible, desde hace algunos meses también en Israel y Palestina, por lo que la atención que necesita un proceso como este, toda la presión política necesaria para un proceso como el de la antigua Yugoslavia ha desaparecido en su mayor parte", admite la investigadora croata.

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El futuro pasa por la Unión Europea

Los países de los Balcanes Occidentales tienen un programa específico propio impulsado por la Comisión Europea para facilitar el ingreso de estas naciones en el club comunitario. Un programa que incluye financiación específica y un mecanismo de adaptación al mercado único europeo.

Bosnia es menos heterogénea de lo que lo fue, la población bosnia estaba más mezclada. Ha habido una división como consecuencia de la guerra

—  Iva Vukusic, historiadora de la Universidad de Utrecht

No obstante, la realidad de cada país es distinta, y la velocidad a la que pueden llegar hasta la Unión Europea también. Croacia lleva ya una década en el seno de la Unión. Es el país con la economía más cercana a los estándares de la Unión, con quien mantenía históricamente lazos culturales o religiosos. Bosnia y Herzegovina ha logrado en este mismo mes de marzo pasar de ser país candidato a uno con el que los Estados miembros ya pueden comenzar a negociar para su incorporación.

Albania, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia son países candidatos, pero aún tienen camino por recorrer. Un camino especialmente sinuoso en el caso de Serbia. En las conclusiones presentadas por el Consejo de la Unión Europea el pasado mes de diciembre, aún hay recomendaciones sobre las mejoras que Belgrado debe acometer relacionadas precisamente con la persecución de criminales de guerra.

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En el texto se puede leer que es necesario impulsar la "cooperación regional en la respuesta nacional a los crímenes de guerra, la resolución de los asuntos todavía no resueltos relacionados con personas desaparecidas y la plena cooperación con el Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales. No debe haber apoyo para los criminales de guerra condenados ni para el enaltecimiento o la negación de sus crímenes". A esto hay que sumar los vínculos históricos de Serbia con Rusia, que hacen que mire hacia Bruselas sin querer molestar a Moscú.

Y caso aparte es Kosovo, último escenario de violencia en los Balcanes, que mantiene además una relación muy tensa con Serbia. Las autoridades kosovares han pedido a Bruselas que consideren a la región como candidata oficial a la adhesión, pero es un proceso que tiene un escollo muy complicado de superar: la falta de reconocimiento oficial por parte de cinco países de la Unión como son España, Eslovaquia, Grecia, Rumanía y Chipre.

Antonio Martín

Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó...