Jorge Manrique, Caballero de armas y de letras
Sin lugar a duda, fue el poeta más famoso e importante de la poesía de la Edad Media en España. Ha pasado a la historia por una obra llamada “Coplas a la muerte de su padre”, una de las más importantes y bellas de la literatura universal, considerado el primer autor del Pre-Renacimiento, pero también fue un importante hombre de armas
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Aunque los datos no son seguros sobre ello, se cree que nació en la provincia de Palencia y concretamente en el pueblo de Paredes de Nava. Como hijo de familia noble, tuvo la oportunidad de estudiar y llevar una vida acomodada. Su padre era el Conde de Paredes, llamado Don Rodrigo Manrique, Gran Maestre de la Orden de Santiago, una orden militar a la que pertenecieron los más ilustres hombres de España, entre ellos Jerónimo de Ayanz, Francisco de Quevedo o Diego Velázquez. Bajo la sombra incesante de su progenitor, Jorge ocupó un lugar de cierto relieve en la corte: fue caballero de Santiago, Trece de la Orden, comendador de Montizón y capitán de la hermandad del Reino de Toledo.
La afición por la escritura no era algo extraño en la familia Manrique. En concreto, a su tío Gómez Manrique también le daba por escribir poemas y obras de teatro. Y no olvidemos su faceta de militar. Por ejemplo, con 24 años participó en el asalto al castillo de Montizón, donde se hará famoso por su valentía y habilidades como guerrero. Tras hacerse con el castillo, Jorge Manrique fue nombrado comendador del mismo. Su padre le dará el título de Villa y el nombre de Villamanrique a la población cercana al castillo en 1474 (antes se llamaba Belmontejo). Jorge se encargó de reformar el castillo para vivir con su esposa doña Guiomar de Meneses. Es precisamente en este castillo donde escribió algunos de sus poemas.
Jorge Manrique luchó en las numerosas guerras civiles que se entablaban por el trono de Castilla en la época, siendo partidario de Isabel la Católica frente a Juana la Beltraneja. Por lo mismo, después combatiría junto a los Reyes Católicos en todas y cada una de las luchas que estos llevaron a cabo. Sin embargo, todas estas escaramuzas terminan cuando es herido de muerte en 1479 durante la batalla por la toma del Castillo de Garcimuñoz, una fortaleza defendida por el ejército del Marqués de Villena.
Muy posiblemente, en sus últimos instantes, recordara los versos que él mismo escribió: “Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos”.
En varias localidades de Cuenca se celebran durante el mes de abril las “Jornadas Manriqueñas” para rendirle homenaje, pues en ellas fue herido, murió y después fue enterrado. Nos estamos refiriendo a Castillo de Garcimuñoz, a Santa María del Campo Rus y a Uclés