¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que Bildu pueda ser un socio libre del lastre del pasado?

Les saludamos hoy desde Bilbao, en el día del cambio de ciclo político en esta comunidad. Hoy toca analizarlo porque, a pesar de que la fotografía en la lehendakaritza va a ser la misma que en la anterior legislatura, con el PNV y el Partido Socialista en la composición del gobierno, hay algunos movimientos que quedan fuera de este plano y que retratan una Euskadi diferente y que, muy probablemente, empiezan a dibujar el camino del futuro.

El principal protagonista de este cambio de ciclo es Bildu, disputando la hegemonía nacionalista al PNV, y se lo ha puesto difícil. Tanto es así que las dos formaciones han empatado en número de escaños en un resultado histórico para la formación abertzale que se convierte ya, tras estos comicios, en un actor político determinante. Y ya no solo aquí, en Euskadi, sino que, con estos resultados, reafirma su aval para su protagonismo en el Congreso de Madrid. Y lo ha conseguido sin tener que hacer aquello que tanto se le exige, que condene el terrorismo de ETA, que diga de frente que ETA fue una banda terrorista. Así que Bildu consigue pasar página sin dejar resuelto el asunto por el que sigue siendo una formación con la que, de momento, es imposible pactar para gobernar en esta comunidad.

Este sigue siendo el gran problema de Bildu, a pesar de que el tiempo les ha colocado ya en la senda de la democracia y con una participación, no menor, como decíamos, en algunos de los principales asuntos de este país que han salido adelante, en ocasiones, gracias también a sus votos. La gran pregunta es cuánto tiempo tiene que pasar para que Bildu pueda ser un socio libre de su lastre del pasado, o bien porque la formación abertzale cumpla con lo que se le pide, o bien porque el recambio generacional convierta en protagonistas de la vida pública vasca a aquellos que ya nacieron sin ETA.

Y tres apuntes más de estos resultados que merece la pena destacar. Los buenos datos del Partido Socialista, que ve reforzado su papel en el futuro gobierno y que ya exige un protagonismo más destacado en el ejecutivo. Los datos del PP que, a pesar de lograr un escaño más, no consigue absorber a Vox, que mantiene la representación en el Parlamento vasco, y esto, sumado a que el PSOE mejora también su resultado, convierte la celebración popular en una celebración agridulce. Y, por último, el espacio a la izquierda del PSOE. Sumar salva los muebles con un diputado y permite a Yolanda Díaz salvarse in extremis de lo que hubiera sido una auténtica debacle después de los pésimos resultados en Galicia, y Podemos que se queda fuera del Parlamento tirando por la borda los seis escaños que tenía. La pugna entre los dos deja a este espacio seriamente comprometido.