Ligar después de un divorcio: "El patio está muy mal"
La edad, la situación económica o la relación con los hijos se convierten en prioridades a la hora de elegir pareja pasados los 50 años. Entre las mayores dificultades, encontrar alguien compatible con las líneas rojas de cada uno
Tenemos que hablar | E07. Ligar después de un divorcio
Madrid
Susana desbloquea el móvil, entra en la aplicación, y comienza: ¿foto con mascarilla? No se le ve la cara; descartado. ¿Estudios de bachillerato? Descartado. ¿Piscis? "Signos de agua apagan a los de fuego", descartado. ¿Lleva sombrero? Seguro que es calvo; descartado. ¿Fumador? Descartado. "Mira los tíos de cincuenta y pico que me salen. El panorama es bastante...", Susana no acaba la frase, pero es fácil intuir cómo continúa. Ella tiene 52 años, y después de un matrimonio de 11, y otra relación de seis, busca pareja de nuevo en diferentes aplicaciones de citas. Fuera del mundo digital, cuenta, le resulta difícil conocer gente: "Trabajo en una oficina con las mismas cuatro personas de siempre; voy de casa al metro, de ahí al trabajo, y de vuelta a casa. Mi gimnasio no es un entorno donde se liga, todo el mundo va con auriculares", reflexiona.
Sus amigas Eli y Carmen, también divorciadas, explican que ellas ya no utilizan aplicaciones de citas porque les resultan "agotadoras". "Primero tienes agobio porque mucha gente te escribe, pero luego intentas conectar con alguien y desaparece. Otros te piden fotitos... cuando me dicen 'mándame fotitos' ya sé a qué se refieren", explica Carmen entre risas. En una conversación distendida entre amigas en un bar, Eli apunta: "¿Podemos hablar por favor de las fotos que se suben en el baño con la tapa levantada? Eso da para un programa entero...".
Las tres mujeres dicen sentirse a gusto con su soltería, aunque cuentan que están "en el mercado" con unos filtros muy claros: que se lleven bien con sus hijos, que no sean fumadores, que tengan un estatus socioeconómico similar al suyo... "Yo busco que tenga estudios superiores", reconoce Susana. "A mí me ha gustado físicamente alguien, le he dado mi WhatsApp y ponía unas faltas de ortografía que me ponía a llorar... ¡No puede ser que me gustes y escribas ‘he hecho’ sin hache! Es que me muero", bromea Eli.
Todas analizan la diferencia entre ligar a "estas edades", o cuando rondaban la treintena. "Ahora vas con el freno de mano puesto", reflexiona una de ellas. Manu, de 58 años, analiza después de haber vivido dos divorcios: "Cuando eres más joven piensas que la relación es la estructura básica de cómo te vas a desarrollar en la vida. Ahora que ya tienes casi todo hecho desde el punto de vista patrimonial, laboral, etc. la pareja la enfocas en algo más lúdico, hedonista. Estás con alguien por elección".