La increíble historia jamás contada sobre Julio Iglesias, su jet privado y uno de los vinos más caros del mundo
Un fotógrafo francés le retrató en su avión privado con un vino carísimo, una tortilla y un cubo de pollo del Kentucky
El vampiro del vino | La increíble historia jamás contada sobre Julio Iglesias
Madrid
Cada año sucede lo mismo: llega el mes de julio y nuestros móviles se llenan de memes de Julio. De Julio Iglesias, claro, ¿quién si no? Un tipo que, a sus 80 años, mantiene viva su leyenda de truhan, amante del vino y de las mujeres... Pero, ¿qué sabemos realmente de su relación con el mundo del vino? Se lo hemos preguntado a la wine star Santi Rivas, colaborador de Gastro SER (El vampiro del vino)... y su respuesta ha superado cualquier expectativa. Incluso la tormentosa historia del vino rosado de Brad Pitt y Angelina Jolie.
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Una de las fotos más icónicas del cantante español la tomó el fotógrafo francés Jean Claude Deutsch, a bordo de su jet privado, en 1986. En la imagen aparece Julio Iglesias con una botella (carísima) de Château Lafite-Rothschild (alrededor de 2.000 euros), un cubo de pollo frito de Kentucky Fried Chicken y una tortilla de patata. La naturalidad con la que combina algo tan lujoso y algo tan accesible sigue siendo tan magnética que, en 2022, Maluma intentó hacerse la misma foto.
"Entre 2008 y 2014, más o menos, Julio Iglesias estuvo involucrado como inversor en una bodega, Montecastro, que ahora pertenece a Hacienda Monasterio", explica Santi Rivas. "Pero sabemos que le gustan mucho los tintos de alta gama. Le gusta mucho la alta jerarquía de Burdeos y también la clase alta de Rioja, pero es un fanático de Vega Sicilia y, por supuesto, de Borgoña y de los vinos del nuevo mundo, que para algo ha vivido en EEUU".
El especialista en vinos de Gastro SER no ha podido traer una botella de Château Lafite-Rothschild para catarlo durante la grabación del programa ("a Àngels o a Carrusel seguro que se lo habrían conseguido, tenemos que hablar con el Grupo PRISA para que nos dote del presupuesto que nos merecemos"), pero a cambio ha descorchado una botella de La Guarina 2022, un tinto de fresqueo —color poco intenso y fácil de beber— de La Manchuela (Albacete), elaborado con mitad de uva bobal y mitad de monastrell, que ha definido como uno de sus descubrimientos del año.
En el avión privado de Julio
Sea como sea, aunque siempre está dispuesto a probar los nuevos vinos de alta gama (y lo sabes), Julio Iglesias siempre se ha decantado por los vinos clásicos y caros. Algo refrendado, además, por una de las anécdotas más increíbles jamás contada por Santi Rivas. Una experiencia que, para su desgracia, no vivió en primera persona (y que la Cadena SER no ha podido contrastar con Julio Iglesias), pero que sí le han contado —de primera mano— dos de sus protagonistas.
"Lo que voy a contar sucedió en algún momento entre 1988 y 1994", explica Santi Rivas. "Julio Iglesias concedió una entrevista a un medio que tenía sección de vinos y, al acabar, sabiendo que le interesaba el tema, el redactor de Cultura le presentó a sus compañeros, un chico y una chica... y después de charlar un rato, les pregunta: '¿Qué hacéis ahora? ¿Por qué no os venís a Miami conmigo y nos tomamos unos vinos?'. ¡Y fueron!".
Pero lo mejor viene ahora: "Nada más llegar, Julio cogió una botella mágnum (1,5 litros) de Château Petrus —que está entre 12.000 y 15.000 euros, actualmente—, la abre, la huele... y dice: '¡Qué putada! Tiene corcho'... Y ellos fliparon porque, en su opinión, estaba bien".
"Volvió a decir que eso no estaba bueno"
Según detalla Santi Rivas, Julio Iglesias abrió una segunda botella y volvió a decir que eso no estaba bueno, que estaba mal... y no fue hasta que abrió la tercera botella (más de 30.000 euros después) que, por fin, dio su aprobación: "¡Esto sí! ¡Así es como tiene que saber!".
Un rato después, cuando los expertos en vino de ese medio sintieron que ya había la suficiente confianza, se atrevieron a decirle a Julio Iglesias lo que, en un primer momento, se habían callado: que esas dos botellas de vino (tan caras) estaban perfectamente bien.
Lo más sorprendente, de todas formas, fue la respuesta del autor de La carretera o Soy un truhan: "¡Ya lo sé, pero si no hago todo ese numerito, no me hubierais tomado en serio!". Santi Rivas explica, además, que sus dos amigos salieron de esa casa con una botella de Romanée-Conti cada uno (otro de los vinos más caros del mundo). Una historia que, según el autor de Deja todo o deja el vino, no se había contado nunca.
"Ella, de hecho, la sigue custodiando a día de hoy", explica. "Así que, Julio, aquí estoy para rememorar esa velada cuando quieras. Me gusta volar en vuelo privado, me gusta Romanée-Conti y me gusta Petrus, así que estoy a tu disposición siempre".
Gastro SER | Una pequeña conversación helada
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía...