A vivir que son dos díasBanderas rojas
Sociedad

Aprender de las migraciones en Europa de los siglos anteriores: "El desprecio a las migraciones es negarnos a nosotros mismos"

Una historia olvidada actualmente donde las migraciones acaparan el debate político y social

¿Qué se puede aprender de las migraciones del pasado?

Madrid

Migrar a Suecia ahora parece onírico pero, no hace tanto, eran ellos uno de los emigrantes por excelencia. En Irlanda, a finales del siglo XIX, más de un millón de personas murieron por la Gran Hambruna producida por la crisis de la patata y otro millón emigró del país. Guillermo Altares y Sergio Molina pasan por los micrófonos de A vivir para recordar la historia de las migraciones.

Ajena al debate político y social

Una historia obviada y olvidada en el debate político y social: "La inmigración es uno de los pocos temas al que no se recurre históricamente" explica el propio Sergio Molina, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Castilla la Mancha. Resalta la importancia de los flujos migratorios para todas nuestras sociedades europeas y reclama que el debate social y político está vacío de este contenido. Como consecuencia, Molina recuerda que "nos encontramos inmersos en una batalla cultural donde la inmigración es sinónimo de todo lo malo que puede pasar en cualquier país europeo".

Guillermo Altares, periodista, explica mediante el cine y las series las historias de migrantes y sus dificultades para cruzar los océanos siglos atrás: "Los barcos ataúd eran las pateras de la época". En series como Los emigrantes, (Erik Poppe, 2021), se narra el miedo de una mujer sueca para emigrar a América y las advertencias de sus vecinos a morir en el trayecto. "La migración es más allá de la memoria. Nuestra existencia como especia empieza con una migración hasta ahora, hasta poder ir a cualquier barrio de Madrid y comer en un peruano estupendo", explica Guillermo Altares.

La historia de la humanidad es la historia de una migración y de una cooperación. Esta es la bandera roja que queremos alzar en este primer domingo de verano. Para que cuando volvamos a hablar de migrantes recordemos que todos, alguna vez, fuimos ellos.