"No quiero quedarme en España. He oído que en Suecia y Alemania tratan mejor a los refugiados, por eso quiero irme"
Familias sirias que llevan más de dos meses en el CETI de Melilla se quejan de la saturación del centro, al triple de su capacidad, y de la lentitud de los traslados a la Península
Melilla
La frontera de Melilla es el principal foco de llegada de refugiados sirios. Sólo este mes se han registrado 400 peticiones de asilo. Pero el primer problema es llegar hasta allí. Los refugiados cuentan que, o pagan por alquilar un pasaporte marroquí para pasar la frontera -unos 1.500 euros- o pagan porque esas redes de pasantes les dejen acercarse a la oficina de asilo que desde enero registra ya 4.400 peticiones de asilo, la gran mayoría sirios y también palestinos de Yarmuk.
Beni Enzar es uno de los puestos fronterizos donde se registra la mayor diferencia de renta entre dos países vecinos, donde comienza la valla, el muro que rodea Melilla. Por ahí pasan de media cada día 30.000 personas. A primera hora de la mañana comienza el trasiego de coches, trabajadores y comerciantes de Nador que entran y salen ya con mercancías de todo tipo. También se ve cómo llegan familias sirias que se sientan en la hierba de la rotonda de entrada a esperar a ver si el familiar que tienen al otro lado puede entrar hoy. Una niña de solo dos años, Aram, conseguía entrar este lunes con su madre y pedir asilo en esta oficina. Al otro lado le esperaba su abuela emocionada, que ya había cruzado hace unos días.
Muhyiadden lleva cerca de tres meses viviendo en el Centro de Estancia Temporal (CETI) de Melilla separado de su mujer y sus tres hijos, que están en otra área porque este CETI -absolutamente saturado con 1.700 personas, más del triple de su capacidad, que son 480 plazas- no tiene módulos familiares. Entraron a Melilla el 7 de julio y este carpintero de Damasco está desesperado porque el Gobierno sigue sin permitirle el traslado a la Península. "Somos de Damasco y llevamos aquí en Melilla casi tres meses. Estuvimos los tres primeros años de la guerra esperando en Beirut, después fuimos a Túnez, Argelia, Marruecos y ahora España. Tuvimos que pagar 1.000 euros por persona, me he gastado 5.000, y encima los marroquíes nos trataron muy mal. La madre entró a pie y pidió asilo pero a mis tres hijos y a mí nos metieron en un maletero para entrar. Estamos fatal, no nos dejan salir a la Península, ni nos dicen cuándo y aquí mis hijos sin ir a la escuela, yo, en una habitación solo con hombres y separado de mi mujer y mis hijos, en otro módulo del CETI. No entendemos por qué el Gobierno de España nos tiene tanto tiempo aquí .Queremos darle una educación a nuestros hijos. Nos queremos ir a Alemania", afirma a las puertas del CETI.
Distintas ONG y la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, siguen exigiendo al Gobierno unas adecuadas condiciones de acogida tanto en el CETI como que se agilicen los traslados a la Península y que esa acogida que España está ofreciendo para los que vengan en el cupo de la Unión Europea comiencen a ofrecerlas también para estos refugiados que ya están aquí. Y es que mientras el Gobierno promete en Europa dar adecuada acogida a las 15.000 refugiados de la cuota, la realidad es que sólo en este CETI hay unos 1.500 refugiados como Mohamed Omar y su familia, que vienen de Alepo y que están en condiciones muy precarias: "Nosotros queremos ir a Suecia, mi madre está allí, no entiendo por qué no nos dejan salir de aquí. Las condiciones aquí están fatal. Sólo puedo ver a mi mujer y mis hijos fuera porque dentro estamos en módulos separados. No hay sitio para la gente, estamos apiñados. Pedí asilo hace un mes y medio y todavía no salimos de Melilla. Si llego a saber esto, me habría ido por Libia y por el mar a Italia, aunque me da mucho miedo. No quiero quedarme en España. He oído que en Suecia y Alemania tratan mejor a los refugiados, por eso quiero irme", afirma este joven nacido en Alepo.
Tienen ya la tarjeta roja de peticionario de asilo, la libertad de circulación por territorio nacional está recogida en la ley, pero en Melilla no les permiten salir hasta pasados tres meses de media para ser trasladados a la Península, una práctica que desmotiva a muchos a pedir asilo, según denuncian las organizaciones humanitarias. "Sólo hay que comparar la situación aquí con lo que pasa, por ejemplo, en las islas griegas. Una vez documentados se les permite salir hacia el continente y de allí se mueven al resto de Europa. Aquí, aunque ya tienen tramitada la petición de asilo, no se les permite salir desde Melilla hasta pasados unos meses", denuncia un abogado que atiende cada día decenas de casos llegados al CETI melillense.
Más información
A pesar de que esta saturación y estos traslados "arbitrarios", sólo salen entre 150 y 180 personas a la semana en ferry hacia Málaga donde tres ONG se hacen cargo de los refugiados. Desde la secretaria general de Emigración e Inmigración que dirige Marina Del Corral siguen sin tomar medidas para mejorar las condiciones del CETI o ampliar de manera más ágil las plazas en centros para refugiados. Del Corral, desaparecida prácticamente de los medios de comunicación desde que declaró en plena crisis económica que los jóvenes españoles emigraban en busca de aventuras y experiencias, es la gran señalada por las ONG que trabajan en materia de asilo en España: "Su incapacidad ha llevado a intervenir a la vicepresidenta del Gobierno", coinciden en señalar desde la cúpula de tres grandes organizaciones humanitarias. "España no debería permitir que 500 niños estén viviendo como lo hacen en el CETI de Melilla, eso es responsabilidad del Ministerio de Empleo y Seguridad Social", denuncian estas fuentes que no se explican por qué España no ha pedido fondos a la Unión Europea para ello.
"¿Por qué no se trasladan de golpe a los 1.500 refugiados que hay aquí si hay comunidades autónomas y ayuntamientos que han ofrecido plazas y el Gobierno dice que garantizará las condiciones de acogida de los 15.000 que llegarán con las cuotas?, ¿por qué no arreglar la situación de los refugiados que ya están aquí? Parece que lo que pretende es cortar el flujo de entrada de refugiados a Melilla", denuncia un veterano jurista que ha trabajado ya en muchas fronteras y que trabaja ahora con los refugiados en Melilla.
El problema de acceso al territorio, las condiciones de acogida en el CETI y las prácticas que desincentivan las peticiones de asilo son las tres preocupaciones fundamentales de las ONG en Melilla. Mientras, en Beni Enzar, muchos sirios siguen esperando a los familiares que aún tienen al otro lado. Unos 1.500 sirios siguen en Nador a la espera de llegar a Melilla.