Mal año para los amantes de la tortilla en Madrid. En enero cerró el mítico Támara Lorenzo, regentado por Lorenzo García del Alba y Mari Ángeles Griñó, y esta semana ha bajado su persiana el Bar Sylkar, un templo cotidiano del (muy castizo) barrio de Chamberí que también figuraba en muchas listas de la mejor tortilla de Madrid. El anuncio oficial ha llegado a través de Instagram: «Gracias por acompañarnos durante más de 50 años en este pequeño local donde han pasado historias, conversaciones, risas, desayunos, vueltas del trabajo, primeras citas, reencuentros con amigos… Hoy Sylkar echa su cierre y se despide. Sus dueños, tras pensarlo durante mucho tiempo, están preparados para disfrutar de su jubilación y se acordarán de sus clientes para siempre». El texto de la publicación incluye un agradecimiento dedicado a «los fieles, los turistas, los mayores y los niños», y otro («por cocinar tan rico» y atender «tan bien») para las responsables del local: Victoria, Mercedes, Judith, Andrea y Rosa. La tortilla del Sylkar, poco hecha, como se puede apreciar en las fotos de su cuenta de Instagram, contaba con una legión de seguidores, entre los que figura el presidente de la Academia Madrileña de Gastronomía, Rogelio Enríquez, que no ha dudado en sumarse a los comentarios: «Muchísimas gracias por habernos aportado tantos años de felicidad». Al leer los comentarios, no cabe duda de lo importante que ha sido el Sylkar para miles de madrileños: «La mejor tortilla de patata de Madrid. Gracias por tantos aperitivos, cenas, recenas y momentos inolvidables en vuestra barra, ¡feliz jubilación!», añadía otro cliente habitual. Muchos les desean una feliz jubilación y recuerdan algunos momentos vividos («aquí una de esas que tuvo sus primeras citas —y segundas y terceras— en la barra o en alguna de vuestras mesas con el que ahora es el padre de mi hijo»), pero también hay quien no puede disimular su tristeza: «Quiero llorar». En Madrid sigue habiendo muchos lugares donde disfrutar de una buena tortilla: Cañadío, La Primera, Colóssimo, Juana La Loca, Casa Dani, La Ardosa... Pero la publicación acaba con un detalle esperanzador: «Estamos muy seguros de que esta pequeña cafetería de la Calle Espronceda número 17 muy pronto volverá a brillar».