La diablesa que procesiona en Semana Santa
La Diablesa de Orihuela (Alicante) es toda una rareza en la iconografía religiosa, única en el mundo, con un claro carácter moralizante. Realizada por el escultor Nicolás de Bussy -nacido en Estrasburgo y fechada en 1694- desde el momento que la vieron por primera vez no ha dejado de causar asombro
El patrimonio de Orihuela
Fue un encargo del Gremio de Labradores que Bussy aceptó con ciertas condiciones: precio de 800 libras y que le dejaran libertad para expresar ese “triunfo de la cruz” a su manera. Si echamos una ojeada, de arriba a abajo, vemos que representa la Cruz sobre una nube con seis ángeles que llevan los atributos de la Pasión de Jesús (la escalera, la caña con la hiel y la esponja, la corona de espinas, las tenazas y el martillo). Rematando el conjunto se levanta el madero santo con una inscripción “INRI”, sobre el que descansa un sudario de lienzo.
La Cruz está apoyada sobre el planeta Tierra donde impera los tres enemigos para el alma de un cristiano (según la teología del momento): mundo, demonio y carne. Y para ello esculpió un diablo de piel oscura con pechos (de ahí que le llamaran "La diablesa"), desnuda para más señas, con una manzana en la mano representando la tentación de Eva y un esqueleto blanquecino a su lado apoyado sobre un reloj de sol, que es una referencia al tempus fugit de la vida.
Todo ello es un precioso conjunto escultórico de madera policromada, de unos tres metros de altura. En definitiva, una alegoría perfecta del triunfo de la cruz sobre la muerte y las tentaciones diabólicas, tal como se entendía en el barroquismo del siglo XVII. A la Diablesa no le falta de nada: tiene alas de murciélago, cuernos y agallas de chivo, saca la lengua y además está apoyada en un libro abierto que haría alusión al pasaje del Génesis que recoge el relato del fruto del árbol del bien y del mal, por el cual se introdujo el pecado en el ser humano.
A la Diablesa se la puede ver cada Sábado Santo procesionar en el paso llamado Exaltación de la Cruz o la Cruz de los Labradores, portada a hombros por tres filas de este gremio. Es la procesión del Santo Entierro que recorre las calles de Orihuela desde la iglesia de las santas Justa y Rufina hasta la catedral del Salvador encabezada por el Caballero Cubierto, flanqueado por dos niñas, portando el estandarte con la cruz que simboliza la Pasión de Cristo. Por cierto, el Caballero Cubierto es el único que puede entrar en el templo sin quitarse el sombrero y La Diablesa, como marca la tradición, se queda a las puertas de la catedral. ¿Por qué? Porque tiene el veto de acceso a lugar sagrado, o sea, no puede estar dentro de un templo católico. ¿Motivo? Por su carácter satánico, algo que la Iglesia consintió, aunque poniendo esa condición.
La Diablesa es única en su género. No hay dos en todo el mundo y además es el paso más antiguo de la Semana Santa oriolana.