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Caravaggio, el enfant terrible del barroco

Según uno de sus biógrafos, Michelangelo Merisi llegó a Roma en 1592, "desnudo y extremadamente necesitado, sin una dirección fija y sin provisiones... y además corto de dinero". La economía de Caravaggio estaba al límite cuando conoció al pintor Próspero Orsi que le introdujo en el círculo de los grandes coleccionistas de arte, pero también en el mundo de los bajos fondos y las peleas callejeras romanas

Retrato de Caravaggio. (Getty Images)

El cardenal Francesco María del Monte, un importante mecenas que buscaba nuevos artistas, se fijó en él y le invitó a entrar en su círculo, dentro del palacio Madama. Gracias a esta circunstancia, la fama del artista se extendió, consiguiendo muchos más encargos. Uno de sus trabajos más importantes fue decorar la capilla Contarelli, donde pintó El martirio de San Mateo y La vocación de San Mateo.

Caravaggio fue un genio con muy mal genio, de carácter violento, aficionado a deambular de taberna en taberna, protagonista de varios conflictos y altercados. En 1598 fue detenido por llevar armas sin licencia, aunque fue puesto en libertad al no haberse producido ningún incidente. Es acusado de un atraco a mano armada en diciembre de 1600. Al año siguiente agrede con una espada a Flavio Canónico, soldado del castillo de Sant Angelo. Su casera, Prudenzia Bona, le desahucia por no pagar la renta y causar desperfectos en la vivienda. Y así una larga lista.

Allí por donde iba, provocaba escándalos. Por si fuera poco, utilizó como modelos a pordioseros y a prostitutas para hacer retratos de santos o Vírgenes. Una de ellas fue Fillide Melandroni, cortesana que posó para su cuadro Santa Catalina.

En mayo de 1606 se produjo el hecho más relevante en la agitada vida de Caravaggio. Durante un partido de pallacorda (un deporte precursor del tenis), peleó con el proxeneta Ranuccio Tomassoni e intentó castrarle, muriendo poco después por las heridas causadas. El asunto fue tan grave que el papa Pablo V se vio obligado a sentenciarlo a muerte. Por tanto, tuvo que huir a Nápoles y de aquí viajó al archipiélago de Malta donde fue nombrado caballero de la Orden de Malta. Al año fue expulsado de la orden y de la isla. De vuelta a Nápoles fue víctima de una agresión en la Osteria del Cerriglio que le dejaría la cara desfigurada y el ánimo aún más desquiciado. Dormía armado y creía que todos querían matarle.

En 1610, Caravaggio consiguió un indulto papal y recibió por fin permiso para volver a Roma. Tras una escala en Porto Ércole, su salud empeoró ante una serie de catastróficas desdichas. "Llegado a un lugar de la playa –dice uno de sus biógrafos– se arrojó en el suelo. Sin ayuda humana, en pocos días murió malamente, como malamente había vivido".

Era un 18 de julio de 1610. Tenía 38 años.