Patronazo Garamendi
"Creo que la casi inteligencia de Garamendi le evitó reclamar también que se sepa qué parte de lo que producen los trabajadores se quedan los patrones"
La píldora de Juan Tallón | Patronazo Garamendi
Galicia
Antonio Garamendi seguramente es un genio, pero ¿cómo demostrar una acusación tan fea? Pongamos que es inteligente, aunque también resulta arriesgado aventurar esa hipótesis. Antonio Garamendi es, punto. Eso sí puede afirmarse. Y dejarlo ahí. Pero superdotado o no, reconozcamos que ha llegado lejísimos. Igual ya nació ahí, lejos. Si yo fuese él, no me lo creería, preguntaría en casa si es verdad todos los días, me pellizcaría cada dos horas. No quiero saber, eso sí, cómo llegó a presidir la patronal. Quizá por la misma razón que prefiero desconocer cómo se procesan las salchichas: una mezcla de pereza y miedo. Solo sé que es el patrón de patrones. Habla, se viste, se peina y razona como patronazo. Para qué quieres ser listo, si ya eres patrón. La simple palabra sobrecoge: patrón. Suena como cuando te rompen una bombo en la cabeza… y el bombo es de Garamendi. Su última idea, alineada, por pura casualidad, con el neoautoritarismo capitalista, consiste en hacer ricos a los trabajadores cada mes, pagándoles su sueldo en bruto, para que flipen durante unas horas, y que luego el Estado tome de ahí la parte impositiva, y se les bajen los humos. Que parezca que Hacienda roba, digamos, y que está en manos de los ciudadanos dejarse o resistirse. Creo que la casi inteligencia de Garamendi le evitó reclamar también que se sepa qué parte de lo que producen los trabajadores se quedan los patrones. Y que nunca será toda, como les gustaría.