De la diosa Isis a la Virgen María
La Virgen María, uno de los principales pilares de la religión cristiana, no es una creación ex nihilo de esta religión, sino que tuvo su origen en divinidades anteriores, representadas como Diosas Madre, que podemos retrotraer hasta la Isis egipcia
Una de sus representaciones más habituales, la “Isis lactante”, en la que amamanta a su hijo Horus, fue asumida por civilizaciones posteriores hasta convertirse en la cristiana “Virgen de la Leche”. Esta iconografía concreta ha sufrido muy pocos cambios a lo largo de toda su historia. Porque todas las culturas de la Antigüedad hacen referencia, de una forma u otra, a diosas madres asociadas a la energía femenina, las cosechas, la agricultura, la maternidad y la fertilidad. Tenemos a Ishtar o Inanna (en Mesopotamia), a Deméter (en Grecia) o a Isis con su hijo Horus o Harpócrates.
La Virgen María no es por tanto producto de la evolución tan solo de la diosa Isis como tal. Son dos entidades independientes, cuya relación se basa en el préstamo iconográfico, y no en una asimilación o adopción de los atributos divinos de Isis. No debemos olvidar que María en ningún momento ha sido considerada como diosa en el dogma cristiano. Pero Teodosio II convocó el Concilio de Éfeso en el año 431 para que se la proclamará “Madre de Dios”. No era casual que este concilio se celebrara en Éfeso, centro de culto a la diosa Artemisa en la antigua Grecia. Cirilo de Alejandría, uno de los protagonistas del Concilio, defendió esta afirmación y finalmente será este, frente al obispo Nestorio, quien consiga la victoria, llevando la Virgen desde entonces el apelativo de Theotokos (La que dio a luz a uno que era Dios). De esta manera, la Virgen María asimiló muchos atributos de las diosas precristianas y varios santuarios que anteriormente estaban consagrados a deidades femeninas paganas, pasan a ser santuarios marianos cristianos. Se construyeron templos de Isis fuera de Egipto llamados Iseum (en latín) o Iseion (en griego), y en Hispania en concreto se conocen tres de ellos: en Itálica (Sevilla), en Baelo Claudia (Cádiz) y en Cartago Nova (Cartagena). En este último lugar se hallaron exvotos y cisternas en el subsuelo donde se almacenaba el agua sagrada utilizada en diferentes rituales mistéricos.
Más tarde, son los caballeros templarios y los cistercienses, quizás buscando el conocimiento transcendental, los que fomentan su culto y los que adoptan la imagen de Isis lactante a la iconografía bajo el aspecto de Vírgenes Negras o Morenas (bien por su madera o por la piedra de la que estaban hechas), ubicadas generalmente en criptas y las cuales representan el conocimiento esotérico y la fertilidad.