"Un bar no está para eso": un hostelero graba en vídeo su bofetada de realidad (con mortadela) a dos influencers que querían comer gratis

Madrid

Desde que, hace algo más de dos años, Santi Temblador abrió El Cuelgue, un bar de tapas situado en el casco histórico de Sevilla, no ha dejado recibir mensajes de (presuntos) influencers que ofrecen "promoción y visibilidad" a cambio de comida gratis. "Como mínimo, dos al mes", explica a Gastro SER.

Una práctica que sufren también otros muchos hosteleros y que él mismo había denunciado ya públicamente, tanto en redes sociales como en televisión. Pero, harto de que casi cualquiera con una cuenta de Instagram intente tomarle el pelo, esta semana ha ido más allá y ha perpetrado una ocurrente venganza.

"Se me ocurrió en la cama", detalla. "Es ahí, al acostarme, cuando muchas veces me pongo a pensar en qué platos puedo ofrecer fuera de carta... y, después de recibir un mensaje de Instagram con una propuesta de cena gratis, se me ocurrió que podía darles un bocata de mortadela".

Una emboscada muy mediática

Pero no se trataba de un simple vacile, sino de un troleo profesional porque, además de ofrecerles un bocata de pan congelado de supermercado con la mortadela más barata posible, grabó todo el proceso para luego publicarlo en sus redes sociales.

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El cocinero andaluz aparece en el vídeo explicando la receta con sorna. "Esta maravillosa cena se compone de un bocata de mortadelita con aceitunas", explica. A continuación, dos jóvenes (con la cara pixelada) se acomodan en una de las mesas del local, se comen el bocadillo y le toman fotos. Pero no tardan en preguntar si hay algo más y, ante la negativa del hostelero, que les explica lo difícil que resulta mantener un negocio, le preguntan —con cierta ingenuidad— si quiere que suban la foto del bocadillo a sus redes.

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"Me suelo tomar las cosas con sentido del humor y soy un poco irónico. La verdad es que no me corto un pelo", explica por teléfono. "Pero al ver que se lo comían todo me dejaron superdescolocado porque yo pensaba que me lo tirarían a la cabeza o que se levantarían y se irían. Estamos en manos de gente que no sabe comer, que no sabe cocinar y que no sabe de gastronomía".

"La exnovia de un concursante de Gran Hermano"

Temblador quería llamar la atención y avivar el debate de la relación entre influencers y hosteleros. "Hay días que curro 14 o 15 horas para llegar a fin de mes y no es justo que me hagan perder el tiempo", asegura. "Se ha puesto de moda comer de gañote, pero un bar no está para eso. Yo pago mi café cuando voy al bar y si encargo la copia de una llave no voy a la ferretería ofreciendo una story. Al bar ya han venido algunos foodies locales y también un crítico gastronómico, pero esta gente no creo que me aporte nada".

Al preguntarle por casos curiosos, de hecho, tiene para elegir: "Una vez me escribió un cantante de Lisboa que quería comer gratis con su padre... y, otra vez, la exnovia de un concursante de Gran Hermano. Gente que está estudiando o que no hace nada en la vida, pero que se abre una cuenta en Instagram, compra seguidores y bots para conseguir likes, y empieza a estafar".

El hostelero sevillano no ha desvelado la identidad de sus víctimas porque aparecen con la cara pixelada y tampoco menciona sus nombres de usuario, pero los influencers se han reconocido en el vídeo y le han pedido que lo borre. "Cuando pase todo esto, ya veré qué hago", asegura.

Lo que tiene claro es que en la receta de su venganza no solo había pan y mortadela: también ha echado mano de "la guasa de Jerez" y de la "malafollá granaína" que lleva dentro. De hecho, tras el éxito de su publicación, ahora se plantea incorporar a la carta de El Cuelgue un bocadillo de pan brioche con mortadela premium italiana.