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Los ‘retratos visionarios’ de William Blake

Desde una edad muy temprana, el artista británico Blake tuvo visiones. La más precoz fue con nueve años, cuando vio un árbol lleno de ángeles «adornando con destellos, como estrellas, cada rama»

Retrato de William Blake(CAIXAFORUM)

Según el biógrafo victoriano, Alexander Gilchrist, después de tener la visión regresó a su casa y lo comentó, escapando de una paliza de su padre gracias a la intervención de su madre. En otra ocasión, Blake observó a los segadores trabajando y vio «figuras angelicales caminando entre ellos». Más adelante en su vida, la esposa de Blake, Catherine, le recordaría la vez que vio la cabeza de Dios «colocada en la ventana».

Todo esto inspiró sus pinturas, grabados y poemas. En 1813 William Blake trabó amistad con el astrólogo y pintor de paisajes John Varley quien le animó a participar en sesiones de espiritismo entre 1819 y 1820. Como resultado de aquellas reuniones, realizó una serie de extraños "retratos visionarios" en los que representaba criaturas monstruosas, generalmente insectos, mostrando sus espeluznantes espíritus y espectros. Varley relata en 1828 algunas de estas experiencias y cómo se le apareció a Blake "el espíritu de una mosca".

Si también dibujó el espectro de una pulga, un cuadro conservado en el Tate Gallery de Londres. La singular historia de este dibujo, siempre según el testimonio de Varley, es que el espectro de la pulga le confiesa a Blake que toda esta especie está habitada por almas de hombres que sacian de este modo su sed de sangre.

Blake fue capaz de pintar, con la misma maestría, el horror del inframundo y la belleza angelical. No en vano escribía "Aquel hombre que nunca viajó al paraíso con su mente o con su pensamiento no es un artista". Lo malo es que nació en un siglo que no era el suyo. En el XVIII se tendía al racionalismo y no al romanticismo místico. De hecho, a Blake le apodaron “el Loco”.

Entre sus obras destacan “El libro de Urizen” o “Las visiones de las hijas de Albión”. Realizó ilustraciones sobre “El libro de Job”, “La Divina Comedia” de Dante o “El paraíso perdido” de John Milton, e ilustró libros de escritores de la época como Edward Young y de su amiga Mary Wollstonecraft, la madre de Mary Shelley.

Casi desconocido e ignorado en vida, fue admirado póstumamente por los pintores prerrafaelistas, y hoy en día es considerado uno de los artistas más originales, influyentes y proféticos. Incluso se dice que el nombre del grupo estadounidense de rock The Doors proviene de una frase del poeta inglés que aparece en su libro “El matrimonio del cielo y el infierno” (1790): “Si las puertas de la percepción fueran purificadas, todo se le revelaría al hombre tal y como es: infinito”.