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¿Puede una tormenta solar causar un gran apagón o estropear nuestros satélites?

La Agencia Española del Espacio informa de "una intensa actividad solar causada por una eyección de masa coronal" que ha impactado en la atmósfera terrestre durante el fin de semana

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El 1 de septiembre de 1859, el astrónomo Richard Carrington observó un brillante destello de luz blanca en la superficie del sol mientras realizaba sus habituales observaciones con uno de telescopios solares.

Mientras dibujaba un grupo grande de manchas solares, vio el destello. Duró algo más de 5 minutos. Fue la primera vez que alguien vio -o al menos, documentó- lo que luego se llamaría una "eyección de masa coronal" solar.

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17 horas más tarde llegó a la tierra en forma de tormenta geomagnética: La gente vio auroras -no boreales, sino en latitudes bajas- en Colombia y cuba y algunos sistemas de comunicación ligados a la electricidad, como el antiguo telégrafo, fallaron en muchos puntos del mundo.

Hoy en día, tenemos satélites mucho más avanzados como el SOHO (solar an heliospheric observatory), el SDO (Solar Dynamics Observatory) y el ACE (Advanced Composition Explorer) que "vigilan" el Sol y miden sus llamaradas, su viento solar, y estas eyecciones de masa coronal con muchísima precisión y en tiempo real. ¿Lo hacemos por curiosidad, para aprender de nuestro astro rey o son, de verdad, un sistema de alerta ante un gran apagón?

La respuesta es mucho más compleja. Y requiere entender algunos conceptos.

¿Qué son las eyecciones de masa coronal?

Son enormes explosiones de energía (en forma de plasma extremadamente caliente y cargado eléctricamente) que el Sol lanza al espacio. Estas partículas cargadas viajan a millones de kilómetros por hora y pueden impactar con la tierra.

Y aunque no siempre lo hacen -porque salen de puntos concretos del sol y en una dirección- la última eyección, que ha motivado una nota de aviso de Agencia española del espacio este fin de semana- se localizó en la región solar AR4100 y sí que llegó a la tierra. La Agencia envía la nota porque la tormenta se ha calificado de "severa".

Esto lo mide el índice geomagnético KP. En esta tormenta ha alcanzado un valor de "8" entre las 06:00 y las 09:00 UTC de la mañana del domingo. La escala tiene 9 guarismos y este es el segundo más alto.

Al llegar la radiación lo que hizo fue "impactar" contra el campo magnético terrestre, nuestra magnetosfera. Es un campo protector inmenso que empieza a 500 km de altura y termina 100.000 kilómetros después y que sirve precisamente como "escudo protector" de nuestro planeta para estas partículas.

Al impactar, causa los efectos de lo que llamamos una tormenta solar-geomagnética.

Detectada la tormenta solar más grande de la historia de la Tierra: ocurrió hace 14.300 años

¿Qué provocan?

Su efecto más "bonito", explica Héctor Socas, investigador científico en el Instituto de Astrofísica de Canarias y director del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife, son las auroras.

Ojo. No son las auroras "boreales" -que son las que se producen al norte, en el hemisferio norte y en latitudes altas- sino, explica, "auroras en latitudes poco habituales, incluyendo zonas como España".

De hecho, Socas dice que "posiblemente desde el norte de España, con cielo oscuro y despejado hacia el norte, y usando una cámara en modo de alta sensibilidad se puedan obtener imágenes espectaculares".

Y añade: "esperemos que este evento solo tenga este tipo de consecuencias y no otras más negativas que es verdad que pueden darse en eventos más extremos, pero no en este caso".

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Esos eventos más extremos a los que se refiere y de los que alertaba la nota de la Agencia española del espacio son:

El experto Hector Esteban, director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de la Universitat Politècnica de València (UPV) dice que este efecto es el más improbable y "solo se produciría si la tormenta fuera extremadamente fuerte". La razón, explica, es que "los cables están recubiertos y aislados" y "solo si la radiación fuera tan fuerte que ionizara la corteza terrestre, podría entrar por la toma de tierra" y provocar estos problemas. Según la propia nota de la agencia espacial española, en los casos más graves, el impacto de una tormenta solar puede alcanzar niveles capaces de inutilizar infraestructuras tecnológicas eléctricas y electrónicas críticas. Lo que ocurre es que las redes eléctricas, especialmente en altas latitudes, se pueden sobrecargadas por corrientes inducidas geomagnéticamente, lo que puede provocar apagones regionales, daños en transformadores y fallos en estaciones de generación.

  • Interferencias en comunicaciones inalámbricas

Esteban explica que se verían afectadas por "ruido" o interferencias y que "cuanto más alta fuera la radiación, más problemas se producirían". Por ejemplo, la radio o los teléfonos podrían seguir emitiendo pero "con ruido y sonidos metálicos o robóticos que dificultarían la comunicación".

  • Alteraciones en la órbita y funcionamiento de satélites, sobre todo los de órbita baja e interrupciones en sistemas de navegación por satélite (GPS)

Los satélites están en la zona más afectada. De hecho, muchos satélites orbitan dentro de la magnetosfera terrestre. La mayoría de los llamados "de órbita baja y media" como los satélites de observación de la Tierra y los de comunicaciones, se encuentran dentro de esta región y por tanto se verían más afectados por la radiación solar.

La propia nota de la agencia española dice que "No obstante, hasta el momento, no se han reportado anomalías importantes por parte de los operadores de satélites". Sin embargo, recomienda "a los operadores de infraestructura espacial y terrestre mantener la vigilancia y actualizar las previsiones con los datos más recientes de las agencias internacionales".

el Evento Carrington

El ejemplo más extremo registrado hasta la fecha es el Evento Carrington, ocurrido en septiembre de 1859. Una CME excepcionalmente potente provocó una tormenta geomagnética tan intensa que las auroras boreales fueron visibles hasta en el Caribe. Las líneas telegráficas en Europa y América del Norte "comenzaron a arder y algunos aparatos funcionaban sin estar conectados a batería alguna", según las crónicas de la época.

En aquella época, el telégrafo era la principal red de comunicaciones. Hoy, el equivalente sería internet, los sistemas eléctricos, los GPS y la infraestructura de satélites. Según estimaciones actuales, un evento de esa magnitud podría causar daños superiores a los 2 billones de dólares y dejar zonas enteras del planeta sin electricidad ni comunicaciones durante semanas o incluso meses.

En julio de 2012, una eyección comparable a la de Carrington pasó muy cerca de la órbita terrestre. Nunca sabremos que habría pasado si hubiera impactado de lleno. La NASA, que monitoreó el evento desde la misión STEREO, concluyó que nos salvamos por apenas una semana de diferencia.

Javier Ruiz Martínez

Javier Ruiz Martínez

Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...

 

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