Manuel Jabois: "No se me ocurre nada más perezoso que decir que alguien ganó por cojones, es como no decir nada"

Es urgente despojar a los genios españoles del deporte, a los campeones del mundo, a los números uno, de la caricatura de que ganan por cojones. Que es una cosa además que viene de ciertos escritores, por ejemplo Camilo José Cela. Pero no decimos que Cela ganó el Premio Nobel por sus cojones.

No decimos que tal político ganó las elecciones porque le echó cojones, o tal médico ganó su plaza por cojones. Es el españoleo por excelencia. Los cojones encima de la pista y los rivales ya se asustan. Porque nunca han visto unos. No saben lo que son ni lo que pretenden simbolizar. No se me ocurre nada más perezoso que decir de alguien que ganó algo por cojones. Es como no decir nada, es como no haber tenido una idea nunca en la vida.

Que una cosa es que el abuelo de Carlos diga lo de las tres ces, que está bien, que es su abuelo, y otra cosa es que analistas sesudos arroguen a eso una propiedad mística, viril, propia y exclusiva de España.

Hay algo de “ganamos porque nosotros somos así”, “estamos hechos de otra pasta”, discursos viejos que van en contra de todo lo nuevo que precisamente representa nuestro deporte: la calidad, la inteligencia, el talento. En eso somos mejores cuando ganamos, no porque nos pesen más los huevos, que por otro lado no nos dejarían correr bien por la pista.