"Ha cometido la infracción más grande": un miembro del equipo de 'Nadie Sabe Nada' la lía en medio del programa
Lo que ocurrió en medio del programa dejó a Berto y Buenafuente sin palabras

"Ha cometido la infracción más grande": un miembro del equipo de Nadie Sabe Nada la lía en medio del programa
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Todo transcurría con la habitual 'normalidad' que solo puede existir en Nadie Sabe Nadad cuando, de repente, un sonido rompió la dinámica del estudio. No era un efecto de sonido, ni una entrada inesperada de Andreu o Berto. Era algo mucho más mundano y escandaloso: un móvil sonando en pleno directo.
"Está sonando un móvil, un móvil, un móvil", repitieron incrédulos, Berto y Buenafuente como si no pudieran creer lo que estaban escuchando. La sorpresa no tardó en transformarse en carcajada cuando se reveló la identidad del culpable: Oli, el encargado de público. "¡Es el de Oli! ¡Es el de Oli! ¡Oli!", gritó Berto, señalándolo como si acabara de cometer el crimen más atroz jamás visto en la historia.
Y es que, en un programa donde se pide expresamente que los móviles estén apagados, que suene el del propio equipo es, según Buenafuente "la infracción más grande y grave".
Oli, entre risas nerviosas y resignación, admitió su culpa: "Pues sí, era el mío. Me ha sonado, lo siento", se disculpó Oli. La ironía no pasó desapercibida. "Tú que pegas la brasa con que apaguen los móviles... ¡14 años, tío! Estás muy mal", le reprochó Berto, teatralizando la gravedad del momento.
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Intentando justificarse, Oli explicó que necesitaba tener el móvil encendido por si alguien del público llegaba tarde o surgía algún imprevisto. "Bueno, es verdad que luego hay otra grabación y hay setenta personitas más", dijo Buenafuente, suavizando la situación.
Pero la conversación no se quedó ahí. El incidente del móvil dio pie a una reflexión improvisada sobre las llamadas fraudulentas que todos recibimos últimamente. "Oye, últimamente hay un recrudecimiento de llamadas de estas que intentan tangarte, ¿no?", comentó Berto, abriendo un nuevo melón.
"Ahora me llaman mucho haciéndose pasar por Movistar, explicó Berto con tono de indignación. A lo que continuó: "Es que me llaman y…", contaba Berto, antes de imitar con precisión la voz de la supuesta operadora al otro lado de la línea: "Hola, llamo de Movistar para hablar de su contrato…"
Pero Berto no se dejó engañar. Respondió con lógica afilada:—"¿Y yo les respondí: '¿cómo sé que llaman ustedes de Movistar?'" La respuesta de la supuesta operadora fue tan absurda como inquietante: "¿Y cómo tendríamos su número si no?" A lo que él replicó, sin perder la compostura: "Pues no lo sé, porque últimamente hacen ustedes muchas cosas para engañarme."
Y entonces, silencio. Un silencio denso e incómodo. "Y la llamada se cortó", concluyó Berto, cerrando la anécdota.