Karlos Arguiñano: "Cuando cocino pienso en el que tiene que dar de comer a cuatro con 1.200 euros al mes"

Aia (Gipuzkoa)

Que Karlos Arguiñano publique un libro de recetas va camino de convertirse en una tradición navideña más. Después de 37 años en la tele, el cocinero vasco sigue al pie del cañón y su público no deja de crecer. Desde que la editorial Planeta empezó a publicar sus recetarios, hace 12 años, ha vendido ya un millón y medio de ejemplares. Pero el más vendido de todos fue, precisamente, el de 2024: ¡115.000 unidades!

"Ya tengo 77 años, me estoy aburriendo de la edad, pero mantengo la ilusión de cuando empecé", ha asegurado en la presentación ante los medios de su nueva obra, Cocina para todos, celebrada este martes en la Bodega K5. "Igual algún día me cae el premio Planeta", ha dicho con su guasa habitual.

"Yo cocino sano, barato y divertido, y como la gente confía en que las recetas salen, muchos de los que compraron el libro del año pasado, lo vuelven a comprar", ha señalado.

Un libro de 10 euros/kilo

Quienes lo hagan, desde luego, no se llevarán sorpresas: más de 500 recetas — del steak tartar con calabaza a la sopa de setas con crujiente de queso, pasando por los boquerones rebozados con salsa de piquillos— explicadas de forma sencilla en un libro que pesa 2,4 kilos y cuesta 24,90: a 10 euros/kilo, básicamente.

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Karlos Arguiñano defiende a ultranza la cocina normal. Ayer mismo, por ejemplo, vio en "la plaza" las primeras alcachofas de Tudela de esta temporada y se llevó ocho: "Luego asé una manzana reineta y no creo que nadie haya comido mejor".

Arguiñano fue, junto a Juan Mari Arzak y Pedro Subijana, uno de los padres de la nueva cocina vasca, pero su trabajo en televisión le ha llevado por otros derroteros.

Para familias mileuristas

"Cuando cocino pienso en el que, con 1.200 euros al mes, tiene que dar de comer a cuatro personas. Yo es a lo que estoy. No me preocupa el que tiene cuatro barcos y eso te lo reconoce la gente en la calle", explica orgulloso.

Su mayor inspiración, según dice, procede de la temporada de los alimentos. "Con alubias blancas puedes hacer 250 recetas distintas: con acelgas, con bacalao, con chirlas... Yo no pretendo sorprender con platos que echen humo, pero sí demostrar que se puede cocinar rico sin gastar mucho".

Después de haber montado una escuela, un hotel, una bodega, un equipo de pelotaris y de haber formado una gran familia numerosa, Arguiñano se siente "inflado" y satisfecho, sin ningún sueño por cumplir. "En casa nos juntamos 20 o 22 cada domingo, así que la Navidad me la suda", dice socarrón. "He hecho muchas más cosas de las que esperaba así que, con que funcione lo que tengo a mi alrededor, me sobra".

Arguiñano se pone serio

A Arguiñano, uno de los tipos más queridos de España, le encanta poner a sus nietos a bolear croquetas y reivindica el sentido del humor como ingrediente imprescindible para ser feliz. Pero, si la ocasión lo requiere, también sabe ponerse serio. Le duele, por ejemplo, la obesidad infantil, e insiste en que los niños tienen que comer o cenar con sus padres.

"A los padres les digo que no les den a sus hijos solo lo que les gusta. Estoy en contra del menú para niños, además. Tienen que comer lo mismo que sus padres, pero en raciones más pequeñas: cocido, albóndigas"...

Como saben sus espectadores habituales, también le preocupa la situación política y social: "Mira cómo está el mundo. Me duele la hostia lo que está pasando".