España, un país repleto de vestigios franquistas
La SER recorre la simbología de exaltación a la Guerra Civil, la Dictadura y el Golpe que se mantiene en el callejero español 50 años después de la muerte de Franco
España, un país repleto de vestigios franquistas
50 años después de la muerte de Franco, España es un país que no ha cerrado las heridas del pasado y que, además, enaltece en calles, edificios, estatuas, topónimos, monolitos y un largo etcétera, a los impulsores de la Guerra Civil, la Dictadura y el Golpe. Ahora que el Gobierno se dispone a elaborar un catálogo nacional de vestigios franquistas, la SER -a través de su red de emisoras regionales y locales- ha elaborado un primer mapa que recorre todas las autonomías con los casos más sangrantes de estas exaltaciones prohibidas por la Ley de Memoria Democrática desde el año 2022.
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A día de hoy, cuatro comunidades gobernadas todas por el Partido Popular han derogado las leyes de memoria autonómicas que impulsaron anteriores gobierno socialistas. Ha pasado en Aragón, Extremadura, Cantabria y en la Comunidad Valenciana. Hay una quinta comunidad, Baleares, también gobernada por el PP, donde los trámites para anular esa ley ya están en marcha. "La politización y la imposición de un relato de la historia ha sido y es el fracaso de estas leyes. El comodín del franquismo es lo que los socialistas utilizan para no poner el foco en otras cuestiones", argumentaba la diputada del PP en las cortes baleares Cristina Gil para defender la derogación de la norma.
Estos gestos políticos de la derecha han venido acompañados en los últimos meses con el veto que se ha impuesto en comunidades como Madrid o Valencia a los cursos de formación de docentes en temas relacionados con la memoria histórica y democrática. Estos gobiernos autonómicos también están mostrando fuertes reticencias al cumplimiento de la Ley de Memoria en lo que a la resignificación se refiere. Es el caso de la Comunidad de Madrid y la oposición de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, para poner una placa que recuerde que en la Real Casa de Correos (actual sede de la presidencia del gobierno regional) se torturó durante el franquismo como Dirección General de Seguridad.
Los vestigios arquitectónicos
En cuanto a los vestigios arquitectónicos, más allá del Valle de Cuelgamuros, el mausoleo del dictador Franco en proceso de resignificación, el gran edificio que todavía hoy es una oda al franquismo es el Museo del Ejército de Toledo, en el Alcázar, que alberga más de 200 enterramientos en su cripta, entre ellos del general José Moscardó y del teniente general Milans del Bosch. En Santander, el Palacio de La Magdalena y el Parador de León siguen sin ser declarados lugares de memoria y sin referencias expresas a su pasado como campos de concentración. En Logroño, la Concatedral de la Redonda mantiene la inscripción franquista de la fachada de enaltecimiento al Golpe y la Dictadura. En Zaragoza, la Basílica del Pilar exhibe las bombas de la guerra civil que no explotaron.
Cripta del Alcázar de Toledo donde están enterrados Milans del Bosch y Moscardó. / MUSEO DEL EJÉRCITO
Las cruces franquistas, monolitos y pueblos
Las cruces que recuerdan a los muertos del bando sublevado se alzan todavía en varias localidades españolas como Elche (Alicante) o Dueñas (Palencia) También en Arrecife, en Lanzarote, donde la cruz fue retirada en julio de este año para acometer unas obras en la plaza donde se levanta y vuelta a reponer hace solo unos días por orden del PP que justificó así la permanencia de este elemento franquista: "En tanto en cuanto no esté establecido en un catálogo no puede darse la resignificación y hoy por hoy esa cruz no está en ningún catálogo de elementos franquistas del gobierno de Canarias", según Jacobo Medina, consejero Obras Públicas Cabildo lanzaroteño.
Cruz franquista de Arrecife (Lanzarote)
En Oviedo se alza un monolito con el yugo y las flechas en la plaza del Fresno. En La Roda, en Albacete, otro monolito recuerda el paso del cuerpo de Primo de Rivera por esta localidad mientras que en Asturias, el monumento a los Héroes del Simancas, un regimiento del ejercito franquista, luce en la fachada de un colegio de Gijón. La terminología franquista resiste también en el nombre de varias localidades que se niegan a renunciar a su topónimo, como Quintanilla de Onésimo, en Valladolid, San Leonardo de Yagüe, en Soria, Alberche del Caudillo, en Toledo, o Llanos del Caudillo, en Ciudad Real.
Llanos del Caudillo (Ciudad Real)
Los ejemplos son infinitos. En Baleares, PP y Vox se han opuesto al derribo del mayor monumento franquista de las islas, erigido en 1947 para glorificar a los "héroes" del Crucero Baleares, que diez años antes había llevado a cabo un bombardeo contra la población civil que huía de Málaga a Almería (la conocida como Desbandá) y que acabo hundiéndose un año después. En Canarias, el principal monumento es el Panteón de los caídos de Falange.
Los cementerios
Los cementerios son hoy también lugares anti-memoria. El de Igea, en la Rioja, luce una gran placa dedicada a los caídos por Dios y por España encabezada por Primo de Rivera. En Madrid, el Cementerio del Este (conocido popularmente como de La Almudena) sigue teniendo una deuda con las familias de los casi tres mil fusilados en este camposanto. El PP de José Luis Martínez Almeida arrancó las placas de homenaje a estos represaliados que se habían colocado en el memorial erigido para que sus familias tuvieran un lugar donde honrarles.
Imagen de la retirada de las lápidas con los nombres de represaliados del franquismo en el Cementerio del Este (Madrid) / COLECTIVO MEMORIA Y LIBERTAD
Y luego están todas las calles, todas las plazas, que siguen hoy en España recordando al dictador o a su séquito. En La Rioja, hay casi 600 casos en toda la provincia, en Canarias quedan más de 80, casi 200 en Alcoi, en Alicante. Este mes de noviembre el Consejo de Ministros ha dado luz verde a la orden para que se elabore un catálogo estatal de vestigios franquistas que permita su posterior retirada. Un grupo técnico ha comenzado a trabajar ya para recopilar uno a uno los elementos que siguen, 50 años después, a la vista de todos.