El chef catalán que cocina en el Bernabéu: "Soy madridista porque Madrid me lo ha dado todo"

Madrid

Después de una larga trayectoria al frente del restaurante Ramon Freixa Madrid, situado en el Hotel Único, el cocinero catalán anunció en septiembre de 2024 el fin de un proyecto que contaba dos estrellas Michelin y, a la vez, la apertura de su propio restaurante. Un reset en toda regla, parecido al de su viaje vital, pasando de Barcelona a Madrid. Pero la apuesta, una vez más, le ha vuelto a salir muy bien.

Ramon Freixa, de todas formas, no ha abierto un solo restaurante en 2025. ¡Ha abierto dos! Ramon Freixa Tradición, con los platos clásicos del restaurante de sus padres, como la lubina Wellington o los canelones; y Ramon Freixa Atelier, con un aforo muy limitado, rienda suelta a la creatividad y producto premium: angulas, espardenyes, caza, calçots...

"Llevaba toda la vida preparándome para esto", explica en Gastro SER. "Teníamos ganas de abrir un restaurante así, con dos conceptos que comparten techo y portal, pero nada más".

Dos cocinas no comunicadas

¿Nada más? "Ni estilo de cocina, ¡ni cocina!", asegura. "Tenemos dos cocinas distintas y no comunicadas para que no haya contaminación cruzada. En el Atelier se puede colar un poquito de tradición, pero el ritmo de un restaurante de 120 plazas no es igual que el de uno de 10".

Ramon Freixa se ha tomado tan en serio esa separación que hasta se pone chaquetillas distintas —blancas o negras— en función de en qué cocina está. "Yo disfruto con todo a partes iguales", dice. "Ahora no dependo de un hotel, pero tengo otros quebraderos de cabeza. Por suerte, me reparto el trabajo con David [su marido], como hacían mis padres".

El chef catalán, que se instaló en Madrid hace casi 20 años, destaca que sus padres le enseñaron el valor del esfuerzo en el día a día. "Lucha, lucha y disfruta de lo que haces", asevera. "Yo voy feliz al restaurante todos los días".

¡Hala Madrid!

El reset de Ramon Freixa a los cincuenta y pocos denota una gran ambición, pero también mucha valentía porque, aunque no ha hecho público el precio del alquiler, el local de la calle Velázquez no es en absoluto barato. "Hay que trabar mucho", reconoce. "Pero era el momento. Nosotros vivimos al lado y buscábamos un local grande con buena ubicación, y claro, eso se paga. Pero a cambio estás en primera línea".

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Pero, "en el mundo Ramon Freixa", como él dice, "hay cestitas con los huevos muy bien repartidos". Sin haber perdido el acento catalán, de hecho, el chef también cocina (Ramon Freixa Catering) en tres de los lugares más icónicos de Madrid: el Museo del Prado, el Teatro Real y el Santiago Bernabéu.

"Yo soy del Real Madrid desde que vine a Madrid", explica. "Madrid me lo ha dado todo. Pero el fútbol no me gusta. Debo de ser una de las pocas personas que no ha visto nunca un partido de fútbol completo... Pero me gusta el ambiente, me emociona el himno... ¡y lo canto! Hala Madrid, hala Madrid... Soy un catalán muy madrileño, muy español y también muy catalán. No me escondo. Estoy orgulloso de ello. ¡Que manía tiene todo el mundo con ese tema!".

"A Madrid le faltan treses"

Ramon Freixa está tan enamorado de la capital —o a asimilado tan bien la actitud triunfalista de los merengues— que sostiene que Madrid, gastronómicamente, ya no tiene nada que envidiarle a Londres, París o Nueva York. "Lo castizo no está reñido con los grandes grupos internacionales", dice.

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Pero hay algo en lo que va por detrás de casi todas las capitales gastronómicas del mundo, incluyendo a Barcelona: el número de restaurantes con tres estrellas.

Aunque este año sonaban con fuerza Coque o Deessa, Diverxo sigue siendo el único. "A Madrid le faltan treses, pero los habrá", asegura. "Y dentro de poco sonará también Ramon Freixa porque todos los doses somos candidatos a la tercera".