El final fatal de Emilio Salgari: acabó haciéndose el harakiri agobiado por las deudas y la enfermedad de su mujer
El italiano dedicó su vida a escribir literatura de aventuras

El final fatal de Emilio Salgari: acabó haciéndose el harakiri agobiado por las deudas y la enfermedad de su mujer
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Madrid
Emilio Salgari fue autor de libros en el que escribía sobre sus viajes increíbles a lugares exóticos de Oriente, América, África... Sus obras de aventuras se publicaron en su mayoría en la segunda mitad del siglo XIX y en el inicio del siglo XX y, a día de hoy, sigue habiendo películas y series de televisión que se hacen recuperando estas obras.
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Salgari nació en Verona, en 1862, y falleció en Turín, en 1911, es decir, no llegó a los 50 años, pero tuvo una vida nutrida de literatura, dejando un legado increíble. Su esposa, Ida Peruzzi, ingresó en un psiquiátrico el 19 de abril de 1911.
Ella había perdido sus facultades mentales y ese era el mejor lugar en el que le podían atender de una forma decente. Esto supuso para Salgari el punto y final de un de unos meses y años en los que había estado pasando una gran cantidad de penurias y un estado de profunda depresión.
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El final fatal de Emilio Salgari: acabó haciéndose el harakiri agobiado por las deudas y la enfermedad de su mujer
Se suicidó de una forma heroica
Por un lado, físicamente no estaba muy bien y, además, se le estaban juntando muchísimos problemas económicos con sus editores que le estaban pidiendo cada vez más y más novelas, precisamente para sufragar los gastos. Finalmente, el hecho de tener que ingresar a su mujer –de la que estaba profundamente enamorado– en un psiquiátrico de Turín fue el punto que colmó su espiral de desesperación.
La mezcla de las dificultades económicas, los editores abusivos que sometían a Salgari a un ritmo de producción extenuante y el ver cómo se iba degradando paulatinamente su mujer hizo que decidiera tomar la decisión de suicidarse. Seis días después de ingresar a Peruzzi –el 25 de abril de 1911– fue a las afueras de Turín, a un bosque que conocía y se suicidó de la forma que él pensaba que se debía suicidar uno de sus personajes literarios.
Se hizo el harakiri: cogió un cuchillo, se abrió el vientre y luego se cortó también la yugular, de forma que es bastante posible que fuera una muerte agónica que durara horas. Antes de morir, dejó cartas de despedida a los periódicos en los que escribía, a sus editores y a sus cuatro hijos.

Luna González Gala
Estudiante de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.




