SER Historia: 'El Hombre que inventó el mito de Tartessos'
Tartessos se desarrolló en el I milenio antes de nuestra Era. Muchos de los enigmas y misterios que aún le rodean se deben al trabajo de Adolf Schulten (1870-1960)
Aunque pionero, la idea del imperio tartéssico que presentó el alemán a la comunidad científica de la época, es completamente irreal
Adolf Schulten nació en la ciudad alemana de Elberfeld en 1870. Se doctoró en Geología por la Universidad de Bonn en el año 1892. Y, a pesar de su formación inicial alejada del mundo arqueológico, Schulten es, seguramente, la figura más importante de los inicios de nuestra arqueología.
Gracias a una beca otorgada por el Instituto Arqueológico Alemán visitó Italia, África y Grecia. Poco después obtendría la cátedra de Historia Antigua de la Universidad de Erlangen, continuando sus trabajos de investigación en la península Ibérica.
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Entre sus esfuerzos más importantes se encuentran la excavación de la antigua ciudad de Numancia (1905-1912), un trabajo extraordinario al que dedicamos nuestro programa 112.
Sin embargo, el trabajo por el que hoy es quizá más recordado es por su ahínco en descubrir la capital de la legendaria Tartessos. No lo consiguió, pero en el año 1924 publicó un curioso libro, Tartessos, con el que construyó un mito alrededor de esta realidad arqueológica que en muchos casos, por desgracia, como la idea de Tartessos y la Atlántida, sigue vigente en algunos sectores.
A pesar de sus errores, Schulten fue un extraordinario arqueólogo por lo que, como hijo de su tiempo y de las ideas que en él corrían, no debemos culparlo de nada. Hizo lo que creía en el momento que le tocó vivir.
Tiempo después excavaría las ruinas de Tarraco (1948) consiguiendo la localización de Mainake, Munda y Segeda.
Gracias a estos y otros muchos trabajos se le nombró Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona y ganó la Cruz de Alfonso X el Sabio (1940), convirtiéndose en uno de los principales baluartes del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid.
Entre sus publicaciones más importantes, realizadas en varios idiomas, hay que destacar Numantia (1914), Die Keltiberer und ihre Kriege mit Rom (1914), Viriato, Sertorius, L'amour, l'amour est la véritable clef de l'Histoire además de Los cántabros y astures y su guerra con Roma (1943). A esto hay que añadir, lógicamente, los artículos y los dibujos que confeccionó para las excavaciones en donde trabajó. Adolf Schulten falleció en Erlangen su ciudad natal en 1960.