Notas de Cine
Cine y TV

El magnífico sonido del western

En los años 50 si había un maestro indiscutible en la música del western ese era Dimitri Tiomkin. El compositor había trabajado con el director John Sturges en otras películas del oeste como “Duelo de titanes” y era lógico que él se encargara de la música del gran proyecto que el director estaba preparando aquel año de 1959. Se trataba de una adaptación al far-west de una película japonesa de Akira Kurosawa en la que un pueblo fronterizo era asaltado constantemente por un grupo de bandidos. Para defenderse los  aldeanos decidían contratar a siete pistoleros. La película se titularía “Los siete magníficos” y contaría con un gran reparto con nombres como los de Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn  o Elli Wallach, entre otros. Tiomkin, en efecto, se iba a encargar de la música hasta que un día comenzó a discutir con el director. El músico quería incluir una canción en los títulos de crédito iniciales, como había hecho en “Solo ante el peligro” y en otras bandas sonoras de westerns, pero Sturges no lo veía claro. La discusión se fue acalorando y Tiomkin se marchó dando un portazo. Había que buscar rápidamente a otro compositor y el elegido fue Elmer Bernstein.

Por entonces Bernstein era un músico joven que empezaba a destacar en el mundo de la banda sonora y que había demostrado sus cualidades para el cine de aventuras y espectáculo componiendo la música de “Los diez mandamientos”. Además tenía algo de experiencia en el western ya que había musicado dos anteriormente: “Cenizas de odio” y “Cazador de fugitivos”. John Sturges decidió confiar en él y el músico no le defraudó.

Elmer Bernstein compuso un tema principal que se ha convertido en una de las melodías más famosas de la historia del cine y expresión musical del western mismo. Una música que sugiere aventura, grandes espacios abiertos, heroísmo y valor. Esta melodía principal era el eje de la banda sonora ya que se repetía varias veces con distintos arreglos. El tema se inspiraba en el estilo de Aaron Copland que había sido maestro de Bernstein en sus años de estudiante de piano.

En el resto de la partitura también se respiraba la influencia de Copland y destacaban las aproximaciones a la música mejicana. Guitarras, trompetas y percusiones se mezclaban con la orquesta creando piezas alegres para las escenas de fiesta y otras suaves y agradables que reflejan la sencillez de los habitantes del pueblo.

Otro tema destacado de la banda sonora es el del villano Calvera, el forajido que con su banda tiene atemorizado al pueblo saqueando sus provisiones una y otra vez. Una música amenazadora que acompaña siempre las apariciones de Elli Wallach. El actor llegó a decir que de haber podido escuchar la música durante el rodaje hubiera hecho su papel mucho mejor.

La música de Elmer Bernstein para “Los siete magníficos” creó escuela. Hasta entonces no era habitual que las películas del oeste contaran con una partitura para gran orquesta, vibrante, potente, que realzara el dinamismo y la emoción de las imágenes. El propio Bernstein utilizaría este mismo estilo en otros westerns posteriores como “Valor de ley” o “Los cuatro hijos de Katie Elder” y otros muchos compositores seguirían su estela.

La banda sonora fue candidata al Oscar en 1961 pero aquel año la estatuilla la ganó la música de la película “Éxodo”. Curiosamente, en su día, “Los siete magníficos” no fue publicada y habrían de pasar más de 30 años antes de que la Orquesta sinfónica de Phoenix la grabara y comercializara en formato discográfico. Y es que había una razón.

La marca de cigarrillos Marlboro había adquirido los derechos de la música en 1963 para utilizarla en sus anuncios televisivos y radiofónicos. Esto hizo que se mantuviera proscrita de las tiendas de discos hasta que los derechos expiraron. De “Los siete magníficos” hablamos esta semana en nuestra sección “Discoteca de oro” dedicada a las bandas sonoras más importantes de la historia. Escucharemos varios fragmentos y os contaremos éstas y otras curiosidades, como por ejemplo que en la orquesta que grabó la partitura que se escucha en la película había un joven pianista que en los años siguientes daría mucho de que hablar en la música cinematográfica. Su nombre: John Williams.

Y no dejamos del todo el sonido del western. Veréis por qué. Esta semana hemos sentado en el sillón de nuestras “Conversaciones en clave de sol” al director David Trueba que este fin de semana ha estrenado su nueva película, “Vivir es fácil con los ojos cerrados”. El título está sacado de una de las estrofas iniciales de “Strawberry fields forever” de los Beatles y es que el film cuenta la historia, basada en hechos reales, de un profesor de inglés que en 1967 fue a Almería para conocer a John Lennon que se encontraba allí rodando la película “Como gané la guerra”.

Pero en “Vivir es fácil con los ojos cerrados” no hay apenas música de los Beatles sino que su banda sonora ha sido compuesta e interpretada por dos mitos vivientes del jazz: el contrabajista Charlie Haden y el guitarrista Pat Metheny.

David Trueba no quería utilizar música de los Beatles en la película pero sabía que cualquier otra música que eligiera tendría que competir con la sombra de los Fab Four así que no era tarea fácil, necesitaba a un gran compositor y ofreció el trabajo a Charlie Haden uno de sus músicos favoritos de jazz. El contrabajista había comenzado tocando de niño con el grupo de country de sus padres y nunca había renunciado a sus raíces casi de western que conectaban muy bien con el paisaje de Almería donde transcurre la película. Haden vio la película y encantado con ella aceptó componer la banda sonora. Mediante conversaciones telefónicas fue perfilando con David Trueba las líneas generales de la música pero un día le dijo que su salud había empeorado y que le iba a proponer a un amigo que le ayudara a hacer el trabajo. Trueba se temió lo peor, algún alumno protegido suyo, probablemente, sería quien se acabaría haciendo cargo de la banda sonora, pero cual no fue su sorpresa cuando se enteró de que el amigo era ni más ni menos que el guitarrista Pat Metheny, otro fuera de serie del jazz con el que años atrás Charlie Haden había grabado el disco “Beyond Missouri Sky” con un tono muy parecido al que buscaba la banda sonora. En efecto, Metheny y su guitarra le han dado a la música de “Vivir es fácil con los ojos cerrados” un aire de western crepuscular que funciona muy bien con los paisajes y la historia que cuenta la película.

Este mes de noviembre el canal TCM dedica un ciclo especial al cine musical que ha titulado como nuestro programa “Notas de cine”, algo que agradecemos. Todos los viernes del mes se emitirán grandes obras maestras  del género como “Ha nacido una estrella”, “Un americano en París”, “Siete novias para siete hermanos” y otros muchos. También se van a emitir una serie de grabaciones que han hecho con artistas relevantes del panorama musical español en las que estos interpretan canciones de bandas sonoras. En el programa podremos escuchar la primera de ellas: Coque Malla cantando en acústico “Over the rainbow” de “El mago de Oz”.

Otro ciclo del canal en noviembre está dedicado a Burt Lancaster. El 2 de noviembre se cumplen 100 años de su nacimiento y todos los sábados del mes TCM va a homenajearle emitiendo algunos de los títulos más destacados de su filmografía. En el programa de esta semana comentamos “Trapecio”, dirigida por Carol Reed en 1956 y protagonizada por Lancaster junto a Tony Curtis y Gina Lollobrigida. En ella el actor daba vida a un trapecista, un personaje que conectaba con sus inicios artísticos ya que, antes de dedicarse al cine, trabajó en un circo donde pudo desarrollar las habilidades atléticas que luego le abrirían las puertas de Hollywood con personajes como los que interpretó en “El temible burlón” o “El halcón y la flecha”.

La banda sonora que os traemos esta semana en la sección “Música de estreno” es “Solo Dios perdona”, perteneciente a la nueva película del director de “Drive”, Nicolas Winding, que ha llegado esta semana a nuestras carteleras. En su paso por el festival de Cannes ya levantó bastante  polémica. Una película violenta, tensa y estilizada que algunos comparan con el cine de David Lynch. El protagonista, Ryan Gosling, dirige un club de boxeo de Bangkok cuando su hermano es asesinado y él entonces decide  buscar a los asesinos para vengarse. Como veis regresa el equipo de la exitosa “Drive”, el director Nicolas Winding, el actor Ryan Gosling y el mismo autor de la banda sonora, Cliff Martínez.

Cliff Martínez es el compositor habitual del director Steven Soderberg quien le hizo debutar como músico de cine en 1989 con la banda sonora de “Sexo, mentiras y cintas de vídeo”. Anteriormente había sido batería de diversos grupos de rock como los Red Hot Chili Peppers. Martínez es un compositor fundamentalmente electrónico cuya música se caracteriza por la creación de atmósferas envolventes. En “Solo Dios perdona” mezcla sintetizadores con guitarras, percusiones o algunos instrumentos autóctonos como el Pin, una especie de laúd de tres cuerdas, y como hiciera en “Drive” vuelve a crear melodías ensoñadoras con el Baschet Crystal, un instrumento musical formado por barras de vidrio que producen sonidos al frotarlas con los dedos.

Y no queríamos dejar pasar la oportunidad de homenajear a Lou Reed, el cantante fallecido hace pocos días, recordando su paso por algunas películas. Sus canciones se utilizan en muchos films. Nos acordamos, por ejemplo del “Walk on the wild side” que sonaba en “Las edades de Lulú” de Bigas Luna; o el “Perfect day” que acompañaba la escena de “Trainspotting” en la que Ewan McGregor se pincha una dosis de heroína que casi resultaba mortal. En “Carretera perdida” de David Lynch suena “This magic moment” y en “Los Doors” escuchamos “Venus in furs” y “Heroin” de la Velvet Underground en las escenas en las que Jim Morrison conoce a Andy Warhol.

En cambio, a diferencia de otras estrellas del rock, Lou Reed no se prodigó mucho por las pantallas de cine. En la foto de arriba le vemos cantando sobre el escenario en el documental “Berlin” que Julian Schnabel rodó en 2006 sobre un concierto en Nueva York en el que el cantante interpretaba las canciones del álbum del mismo título, uno de los más emblemáticos de su carrera. El propio Lou Reed dirigió un corto titulado “Red Shirley” dedicado a uno de sus primos cuando éste cumplió 100 años. Como actor podemos recordarle con un pequeño papel en la película “One trick pony” que protagonizó Paul Simon, poniendo voz a un personaje en la cinta de animación “Arthur y la Guerra de los mundos” o en los dos cameos que hizo en las películas de su amigo Paul Auster: “Lulú on the bridge” y “Blue in the face”.

Como decimos siempre, si queréis ponerle música a todas estas fotos e historias lo podéis hacer escuchando “Notas de cine” en la madrugada del sábado al domingo de 5 a 6, en la SER, o a partir del lunes en los podcast de cadenaser.com y canaltcm.com.

Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00