El editorial de Pepa Bueno: "Cañete sigue sin enterarse"

Comienza la última semana de campaña electoral para las europeas sin que las encuestas detecten una mayor movilización del electorado antes de su inicio. La encuesta de Metroscopia de ayer para el PAIS, estima en torno a un 43% la participación, la más baja de la historia en unas europeas, en un escenario de empate entre los dos partidos mayoritarios. Aunque otras encuestas amplían la ventaja a favor del PP. Todas están elaboradas antes del penoso episodio del cabeza de lista de los populares en España, Miguel Arias Cañete con las declaraciones machistas para justificar su fracaso en el debate que le enfrentó a la socialista Elena valenciano.

Es difícil calibrar el impacto que puede haber tenido sobre el electorado. Lo que sí se puede constatar es que han pasado tres días, todo un fin de semana de mítines y ocasiones para rectificar y no lo ha hecho. Puede ser la clásica estrategia del PP ante los problemas: tirar para adelante como si no hubiera ocurrido y esperar a que amaine. Pero puede ser también, que sigan sin enterarse -Cañete, su equipo de asesores y el PP entero puesto que todo el PP guarda silencio- de que hablar de la superioridad intelectual del macho, del macho que se conoce y que se teme cuando entra a matar y que tiene que contenerse frente a una mujer indefensa devuelve a las españolas al mismo lugar, al lugar exacto al que pretende enviarlas su ley del aborto por ejemplo.

Mujeres incapaces, irresponsables, provocadoras, indefensas...

¿Cómo pretenden convencer a los electores de que se toman en serio la igualdad si han pasado tres días desde el exabrupto de Cañete y no se ha alzado ni una voz con autoridad en el PP pidiéndole que rectifique? ¿Pretenden seguir haciendo campaña como si tal cosa?

Cañete aspira a ser comisario en Europa, tiene que pasar para serlo una especie de examen, una audiencia pública en el Parlamento de Estrasburgo. No es vinculante, pero en el año 2004 Rocco Buttiglioni, que era el candidato italiano a comisario de Justicia, fue vetado y tuvo que renunciar por decir, entre otras cosas, que la homosexualidad es pecado y que la familia existe para permitir a la mujer tener hijos y estar protegida por su marido.

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